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sábado, 26 de diciembre de 2009

Carmen Herrera en Víctor Gómez.




Waldo Acebo Meireles

Merodear por la Internet en ocasiones nos depara sorpresas inexplicable, encuentros insospechados, visiones inesperadas, ello me ocurrió recientemente cuando motivado por el tardío reconocimiento de la obra de Carmen Herrera, una pintora de excelencias en su visión minimalista y que ahora, ya en sus noventas, ve aceptada su obra, y me llevó a buscar lo que sobre esa mujer se había escrito recientemente y observar lo que de sus obras nos muestra ese buscador por antonomasia: Googles.

Las sorpresas fueron múltiples, pero una de ella me interesó sobre manera y fue la reseña que Gustavo Valdés le hace a la obra, para mi hasta ese momento desconocida, de Víctor Gómez así como las imágenes de la obra de este pintor y grabador. Por decir lo menos las obras mostradas en el site de Zoé Valdés son perturbadoras, el juego de luces y sombras evocan lugares donde lo lúdico se combina con lo erótico de una manera simbiótica y penetrada por cierta magia de lo inexplicable, de lo inefable, que es requisito indispensable de la obra de arte.

Estas monotipias de Víctor Gómez de elaborada, y siempre imprescindible técnica, donde se luce este maestro cubano es merecedora de un mejor y mayor reconocimiento, por otra parte la obra de este grabador no se limita a la búsqueda personal sino que además en tu taller ha publicado las obras de decenas de artistas cubanos entre los que se incluye a Carmen Herrera que fue el nombre que me llevó al asombro de la obra de este grabador.

Confiemos que este artista no tenga que esperar tantos años para lograr el reconocimiento que se merece.

Nota: Las obras que ilustran este post es una de las pinturas de Carmen Herrera que Gómez ofrece en su site “Miami Press”Workshop” y otra dos de Víctor Gómez

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El año de Yoani Sánchez

Waldo Acebo Meireles

El año de Yoani ha sido el 2009, año cargado de incidentes, de acciones, de tensiones, de gratificaciones, y suponemos que de múltiples desvelos para ella. Este fue el año de los seminarios bloguers; de los premios “Time – CNN” y “María Moore Cabot”; de las dos denegaciones de salida del país; del ‘bateo’ en emigración; de la intervención en el perfomance de Tania Bruguera; de la peluca para acceder al seminario de la revista Temas; de la paliza admonitoria; y muy en especial el año en que el presidente de los EE. UU. respondió un cuestionario de la activa y activista bloguer.

No creo que ninguna otra persona en este complejo y diverso mundo del enfrentamiento a las iniquidades de un régimen arcaico y siniestro haya acumulado en este año tantas y tan disímiles galardones, o que haya provocado tan heterogéneas reacciones como es el caso de Yoani y su blog Generación Y. Por otra parte la bloguera ya en más de una ocasión se ha salido del marco del blog y ha actuado no en el mundo virtual, sino en el real, lo cual encierra peligros reales y no precisamente virtuales.

Resulta de interés ver, y leer, las respuestas que a este fenómeno mal y tardíamente entendido han comenzado a aparecer en la blogosfera, y no sólo en ella. Llama la atención como se repiten, utilizando una tecnología actual, moderna, dinámica, los mismos esquemas de rechazo, de desvalorización, de negación, que ha utilizado el régimen durante años y que han caducado por su intolerancia, por su falta de rigor lógico, por sostenerse en el uso de la violencia de los epítetos, o la flagrante mentira.

Entre los ya múltiples denigradores, críticos, denunciadores de Yoani, encontraremos de todo, y como siempre los amenazadores calificativos de mercenaria, agente enemiga, y toda la parafernalia acostumbrada para descalificar a una persona que simplemente no está de acuerdo con la dirección, o el curso, del país. Lo que no encontraremos es un análisis de un post, un desmentido lógico y racional de lo que en ese blog se comenta o una clara denegación, sobre las bases de la realidad, de cada uno de los aspectos que en ese blog aparecen.

Se entiende que esa es una tarea imposible, que como dice el refrán no se puede tapar el sol con un dedo aunque lo tengamos puesto en el teclado de una computadora.

En mi opinión, esta incapacidad para la discusión sin la ofensa o el insulto, la imposibilidad de utilizar argumentos no espurios más tarde o más temprano devendrá en el mitin de repudio, en la agresión física más descarnada, en la acusación más concreta y con consecuencias judiciales. Habrá quien piense que el régimen no es tan torpe como para semejantes acciones, pero todo ello dependerá de que necesiten, por la razón que sea, dar una muestra, innecesaria por cierto, de inmovilismo.

El 2010 de Yoani se mece en los vaivenes de la añeja y aberrada confrontación Cuba-USA.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Aurelio de la Vega

Waldo Acebo Meireles

En setiembre de este año 2009 apareció una nueva grabación de la música del compositor cubano Aurelio de la Vega que ha venido a incrementar la inexplicablemente reducida discografía de este autor que se limita a sólo seis de sus obras sin considerar otras ocho que aparecen en el CD que la pianista Martha Marchena dedicó a este autor.

De la Vega nació en Cuba, en La Habana, el 28 de noviembre de 1925, curso estudios de contrapunto y composición con Fritz Kramer, en 1947 se radicó en Los Angeles donde estudió composición con Ernst Toch y Arnold Schonberg. En 1950 regresó a Cuba donde fungió como decano de la Facultad de Música de la Universidad de Oriente. En 1959 se radicó definitivamente en los EE. UU.

El fue el primer compositor cubano en cultivar el atonalismo; una de las obras que aparecen en este CD, ‘Elegía’, es un ejemplo de estas relativamente tempranas incursiones en las técnicas atonales, que de alguna forma nos recuerda a Alban Berg. Las técnicas aleatorias serán evidentes en otra de las obras en esta grabación, nos referimos a ‘Tropimal’ de 1983 que en algún momento nos resuena, en el uso de el contrabajo y la percusión, a las Rítmicas de Amadeo Roldán. La presencia de los ritmos cubanos, por ejemplo el cinquillo, resulta evidente en sus obras a pesar de que él proclamó su oposición al nacionalismo musical.

Este CD hace un recorrido en la creación de Aurelio de la Vega cubriendo obras desde 1954 hasta 1999, lo cual lo hace de por si valioso ya que permite visionar auditivamente la evolución estilística y temática del compositor. En mi criterio este CD tiene un sólo problema y son unas notas de Enrico Mario Santi que limita la historia de la música culta en Cuba a Cervantes, ‘Lico’ Jiménez y de ahí a la nada; su visión no es sólo esquemática sino ahistórica y absurda.

Sin embargo las notas a las composiciones escritas por Carl Byron son adecuadas, inteligentes, descriptivas y repletas de interesante información.

Los ensembles que interpretan las obras son la Orquesta Sinfónica Nacional de Polonia bajo la dirección de David Oberg, y el North-South Consonance Ensemble dirigido por Max Lifchitz, ambos conjuntos se expresan con claridad y rigor.

Este CD pudo surgir a la vida gracias a varios benefactores, como el New York State Council, Cuban American Cultural Institute, Patronato José Martí y otros contribuyentes privados, la música culta y en especial la cubana requiere de múltiples apoyos y contribuciones. Lo recomendamos.

1.- Elegía para orquesta de cuerdas [1954]



2.- Variaciones del recuerdo para orquesta de cuerdas [1999]

sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Problemas generacionales?

Waldo Acebo Meireles

Parece que la primera piedra la tiró Vladimiro Roca, pero antes de esa muchas otras no habían sido tiradas, eran piedras por omisión. Es cierto que dentro de Cuba los ‘blogueros’ no son bien conocidos por el simple hecho de que no hay acceso al Internet, pero donde se equivoca es por ello deducir que es sólo en el exterior donde tienen impacto “pero nada más que eso”.

En primer lugar el reconocimiento exterior de esos blogueros en cierta forma, y hasta cierto punto, encabezados por Yoani Sánchez, es de la mayor importancia y ha puesto el tema cubano en los titulares en múltiple ocasiones; por otra parte, desgraciadamente el movimiento encabezado por Vladimiro, al igual que otros tantos es prácticamente desconocido dentro de Cuba, incluso, aunque parezca una exageración, es probable que a cinco cuadra de donde con excepcional coraje se encuentran ‘plantao’, y donde Martha Beatriz Roque pone a riesgo su vida, no tengan ni la menor idea de quienes son estos cubanos que se enfrentan a las autoridades con decisión y valentía.

Si se pudiera hacer una encuesta n Cuba lo más probable es que comprobásemos que todos estos hombres y mujeres que se enfrentan a diario con el régimen sea desde una computadora, o desde una marcha como las que las Damas de Blanco realizan son prácticamente desconocidos por la mayoría del país. La capacidad de ocultamiento del sistema opresivo es desmesurada, sus silencios bien estudiados son instrumentos de escamoteo de una realidad que todos viven pero como si fuese algo ajeno.

Pregunten si alguien conoce que Juan Antonio Madrazo fue apresado el viernes 13 de noviembre con los supuestos cargos de ‘atentado’, pregunten si alguien conoce que preside el Comité Ciudadanos por la Integración Racial en Cuba [CIR], lo más probable es que no. Y qué tiene eso de extraño.

Por el momento la blogosfera cubana a ignorado al resto de la disidencia y la misma al parecer no ha reaccionado muy positivamente a ese fenómeno que quizás no comprende, como le pasa a las fuerzas represivas del régimen. Lo primero se explica por el hecho que los blogueros tienden a dar una visión muy personal, casi solipsista de la realidad cubana, de la cotidianidad, mientras que el resto de la disidencia se afana en proyectos más amplios, quizás más significativos.

El punto de enlace entre ambos quizás se encuentre en los corresponsales independientes, a los cuales Martha Beatriz representa con toda dignidad y elocuencia. Esos corresponsales son imprescindibles para descubrir, destacar, denunciar las fechorías del desgobierno que sufre Cuba. Nada similar podemos esperar de corresponsales y agencias extranjeras que con una aparente asepsia, con una pretensa imparcialidad aborda el fenómeno cubano, caso evidente la de un conocido corresponsal que no vio los moretones en el cuerpo de Yoani y por tanto no puede asegurar que la paliza fue real, ¡habrá que ver!

Pero por todos lados se cuecen habas, los hay que se cuestionan que la misma este usando una muleta, quizás esos mismos en otro momentos se cuestionaron la independencia de ella con el argumento de que cómo no la habían tocado, bien ahora la tocaron bien tocada y el punto de desinterés-discrepancia es otro.

Podemos o no estar de acuerdo con el Proyecto Varela, podemos, o no, estar de acuerdo con la alambicada forma de escribir de Orlando Luis Prado que nos recuerda el estilo ‘cabrerainfantino’ y con algunas de las fotos que con tesón realiza, podemos estar de acuerdo o no con la posición asumida por el Dr. Darsi Ferrer, o con el enfoque del blog de Claudia Cadelo o con la estrategia de las Damas de Blanco, pero lo que no podemos, no debemos, es negar que todos ellos eran impensables hace, digamos, veinte años atrás, que todos realizan una actividad digna del mayor encomio y respeto y que todo ellos están allanando el camino para la nueva patria que necesitamos.

Las incomprensiones no son más que manifestaciones de las lógicas diferencia generacionales, ¿cómo uno de los 75 encarcelados va a comprender el fenómeno de la blogosfera, si los mismo cibersicarios que lo sufren a diario no lo comprenden y han tenido que recurrir a los sicarios tradicionales?

Esos problemas generacionales no sólo se dan allá, también en este ‘fenómeno histórico que llamamos exilio cubano’, se dan esas incomprensiones. Ahora mismo la golpiza a Yoani no ha provocado, así yo lo siento, la misma reacción que tuvo el enjuiciamiento de Panfilo, y ello es necesario. Confiemos que no tenga que pasar mucho tiempo para que estas incomprensiones se superen ya que, en mi opinión, en ello van las posibilidades reales de terminar con el odioso sistema que sufre nuestra patria.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Matrimonio gay, embargo, ‘ley seca’ y marihuana.

Waldo Acebo Meireles

¿Cómo reunir en una misma frase tan disímiles asuntos? Pues Jacob Weisberg lo logra en un reciente artículo en la revista Newsweek. ¿Y cuál puede ser el elemento unificador de, a primera vista, tan incompatibles cuestiones?

De acuerdo al autor el elemento unificador es la presión del pueblo americano para hacer valer sus derechos. ¿Cómo prohibirle al americano común el tomarse una cerveza? ¿Por qué prohibirle a dos homosexuales el unirse, si no religiosamente, por lo menos por la vía civil y obtener los beneficios legales que corresponden a una pareja heterosexual?

El uso legal de la marihuana se ha ido, y todo parece pronosticar que seguirá, extendiéndose a lo largo y ancho del país a partir de las medidas legales tomadas en Los Ángeles, que permiten, siempre de acuerdo al autor, que usted se dirija a un médico le pida una receta y se vaya directamente a comprar su paquetico de ‘yerba’.

En el caso del embargo la justificación no se encuentra en un problema moral, ni en un asunto de política internacional, ni tan siquiera en el fracaso del embargo durante todos estos años de aplicación, el problema se reduce a las demandas de una parte de la población, que lo único que quiere es darse una vueltecita por Cuba, crear condiciones para negocios en un futuro post-Castro, o simplemente tomarse un ron en una playa cubana.

Partiendo de la lógica del autor el proceso de desaparición del embargo es un asunto que ya está decidido por voluntad popular, es sólo cuestión de tiempo, y resultará factible con independencia de la posición que al respecto asuman los legisladores, demócratas o republicanos, no siempre dispuestos a liderar los cambios en la sociedad americana, sino más bien a retrasarlos.

viernes, 23 de octubre de 2009

Sobre el Diccionario Enciclopédico de la Música Cubana

Waldo Acebo Meireles

Después de casi 40 años de investigación Radamés Giró culminó una obra de inexcusable uso por los interesados en el desarrollo histórico y técnico de la música en Cuba. Publicado en el 2007, aunque fue presentado oficialmente en febrero del 2008, este valioso diccionario en cuatro tomos con más de mil páginas, con profusas ilustraciones, facsímiles, partituras, etc. es una obra de la mayor importancia, según las palabras de Leo Brouwer, porque reseña la historia “desde el maraquero más modesto hasta el paso de Stravinsky por La Habana”

Basta hojear los cuatro tomos para percatarnos de la seriedad con que se llevó a cabo este empeño, en el mismo aparecen no sólo los músicos cubanos, interpretes, autores, arreglistas, etc., sino incluso músicos extranjeros, como señala Brouwer, que actuaron en algún momento en el país, la menciones a Bruno Walter, David Oistrakh, Prokofiev, y muchos otros, denotan una seria búsqueda en el acontecer cotidiano de la música en Cuba. De sumo interés resulta el análisis que sobre Prokofiev realizó en su momento María Muñoz de Quevedo y que Giró incluye en dicha entrada.

Sobre lo anterior debemos abundar, cada entrada incluye una nota o reseña bibliográfica de sumo valor para aquellos que quieran profundizar en el tema tratado; las entradas en aquellos casos necesarios se producen no por los apellidos de los músicos, sino por los apodos con que eran o son conocidos, ¿cómo encontrar a Guyún, por poner un ejemplo, si hubiese sido entrado como González-Rubiera, Vicente?

Hablando de Guyún, el ensayo que dedica Giró a la historia de la guitarra en Cuba es una excelente síntesis, lo de síntesis es un decir ya que comprende 12 páginas, y recorre todo el proceso de incorporación de ese instrumento al acerbo cultural cubano y su desarrollo.

Otra entrada que nos llamó la atención por lo detallado del estudio y los elementos fácticos que recoge, es la dedicada al rock en Cuba, no sólo se analiza como se produce su introducción, como influyó en la música cubana, los grupos de rock que se fueron creando en las diferentes épocas, sino que señala, con claridad: “Los Beatles eran prohibidos, aunque se escuchaban en círculos cerrados, su difusión era subterranea…” fenómeno represivo que se ha pretendido negar.

El estudio sobre Cesar Portillo de la Luz es de un rigor técnico y de una claridad discursiva envidiable, se evitan los lugares comunes y se deja establecida la relación de este autor, y del movimiento del filin, con la trova tradicional cubana.

Hemos mencionados algunos aspectos que, en esta extensa obra de consulta, nos han motivado a escribir esta reseña, pero no quisiera terminar sin señalar que, a diferencia de otras obras relacionadas con esta temática, en esta sí aparecen no sólo los músicos que abandonaron el país en algún momento después de 1959, como Paquito D’Rivera, Olga Guillot, Celia Cruz, Arturo Sandoval y muchos otros, sino incluso se le da entrada a músicos cubanos cuya obra musical se desarrolló fuera de Cuba, como por ejemplo Gloria Estefan y Willy Chirino.

El formato de esta edición de sólo cuatro mil ejemplares es difícil de manejar por su tamaño de 8 x 11, y el papel es infame, pero la obra es digna de los mayores elogios.

jueves, 22 de octubre de 2009

Exilio o emigración.

Waldo Acebo Meireles

En la entrevista que Edmundo García le hiciese a Ramón Cernuda, entre otras cuestiones de sumo interés, se aborda el asunto de la emigración cubana actual y de hecho se establece una diferenciación con etapas anteriores. Aunque Cernuda trata de evitar las generalizaciones ante la pregunta sobre como definir a “estas oleadas de cubanos… son exiliados políticos o son emigrantes”, en definitiva cae en la trampa de aceptar el componente económico como muy importante.

Esa fútil distinción entre emigrante, o exiliado, político o emigrante económico tuvo su origen en Cuba en un sostenido e interesado intento de, primero, establecer una divisoria entre los emigrantes de una época y los de otra; y de paso dejar establecido que los que por medios legales, o no, abandonaban el país no tenían una motivación política, sólo económica, eran equivalentes a todos los que salían de sus países en busca del ‘sueño americano’ y por demás el bloqueo, en el caso de Cuba, está entre las causales de esa emigración.

Cuba fue un país casi totalmente receptor de emigrantes y pasó a ser un emisor de emigrantes y esa sustancial transformación tiene sus raíces y motivaciones, pasadas y presentes, en fenómenos políticos. El reducir las motivaciones a puramente económicas es una solución pedestre que le hace el juego al régimen, que con sus represivas posiciones políticas a destruido la economía del país.

Cuando un joven, por poner un ejemplo, termina su carrera universitaria y comienza a ejercer su profesión por un salario que no puede sustentarlo dignamente y se ve obligado a buscar fuentes alternativas de ingresos por ende ilegales, y es acosado y apresado, finalmente sometido a juicio y enviado a prisión, ¿ante que nos encontramos, si no es ante causales políticas?; y si ese mismo joven decide abandonar el país por cualquier medio a su alcance, y logra su propósito, ¿ante que emigrante nos encontramos, económico o político?

Como alguien en su momento dijo: la política es economía concentrada. Y lo puede ser para el bien y bienestar del país y todos sus ciudadanos, no solo para una elite, o puede ocurrir, como es el caso cubano, para someter una población deseosa de mejorar su situación, y con el instrumental necesario para ello, a restricciones que impiden el desarrollo económico y social del país de una forma normal y sostenida.

El componente ideológico-político de todas las estructuras restrictivas que existen en Cuba con el objetivo de frenar el desarrollo del individuo como ente económico independiente es más que evidente y sus resultados están a la vista. Y esas no son las motivaciones de un mexicano, argentino, o de cualquier otro lugar, que emigra a los EE. UU. a Europa o a la Conchinchina, como es el caso de los cubanos.

Tampoco considero que las diferencias que se pueden observar entre las posiciones que adoptan los exiliados de una época comparados a los de otras se puedan generalizar, ni sean solamente un problema generacional, considero, y aquí que me perdone la paráfrasis el Dr. Sergio López, ese fenómeno histórico conocido como exilio cubano, es algo mucho más complejo y diverso que una simple división generacional, o motivacional. Factores culturales, de posición social, sentimentales, familiares e incluso de haber participado o no en la vida económica y política en Cuba y la cantidad de energías físicas y espirituales empleadas en un proyecto erróneamente considerado como viable, marcan esas diferencias en la diversidad de aprehensión de la problemática cubana y sus posibles soluciones.

sábado, 17 de octubre de 2009

Mi desacuerdo.

Waldo Acebo Meireles

El reciente trabajo de Rubén Zanetti hace algunas consideraciones sobre la Guerra de los Diez Años con las cuales no puedo menos que estar en absoluto desacuerdo.

La primera es la referida a lo que, según él, fueron las motivaciones de Carlos Manuel de Céspedes para lanzar el grito de independencia el 10 de octubre de 1868; si las razones de incompetencia económica que le atribuye a Céspedes fueron sus motivaciones, ¿cómo explica a los demás que se le unieron?, ¿cuáles serían las de Agramonte en el Camagüey, le iba mal en su profesión de abogado?

La segunda objeción es a la pedestre razón que le achaca a Gómez para unirse a las tropas independentistas, le duró bastante el encabronamiento, nada más y nada menos que treinta años de lucha contra el yugo colonial español.

Y finalmente objeto que la Protesta de Baraguá fuese un desatino, en el orden militar era un suicidio, pero políticamente recibió el adecuado tributo de Martí cuando la calificó como lo más glorioso de nuestra historia, el necesario puente entre la guerra fallida y la guerra por iniciar. Por otra parte el ‘embaraje’, que no sólo fue de Figueredo, no pasa en lo absoluto inadvertido en nuestra historiografía.

Creo que para criticar el análisis, por llamarlo de alguna forma, de Antonio Néstor Alvarez Pitaluga no era necesario tan prosaicas y ahistóricas consideraciones, hay unas cuantas cosas de que hablar de las tres o cuatro tonterías que ese ‘analista’ incluyó en sus criterios de ‘modernidad revolucionaria’.

sábado, 3 de octubre de 2009

El final de una pesadilla


Waldo Acebo Meireles

Los últimos 50 años han sido una verdadera pesadilla para la nación cubana, pero dentro de esa gran pesadilla una algo más pequeña pero no por ello menos terrible y de consecuencias nefastas, está llegando a su final: las llamadas Escuelas en el Campo.

Después del fracaso de la “Zafra de los 10 Millones”, al parecer no teniendo otra cosa en que entretenerse, el ‘máximo líder’se lanzó en una nueva aventura que le costaría a la nación billones de dólares, millones de sufrimientos y cientos de miles de jóvenes con serias deformaciones de carácter y un profundo deterioro moral y espiritual.

Entre todos los ‘experimentos’ megalomaniacos que ha sufrido el país este de las escuelas en el campo es el que ha dejado huellas más profundas y terribles ya que actuó sobre la mente y el alma de lo más valioso que tiene cualquier sociedad: la juventud, sus consecuencias se extenderán malignamente en el futuro, afectó y afectará la psicología de nuestra sociedad.

En plano económico quizás también fue de los más costosos, probablemente el más costoso en recursos financieros y materiales. Se construyeron cientos de escuelas y la mayor parte de ella, ya que no en su totalidad, estaban dotadas de un equipamiento de primera clase, esto hay que reconocerlo. Laboratorios de biología, química, y física con un instrumental científico excelente comprados con moneda fuerte en su mayoría, talleres para la educación laboral con herramientas y maquinarias en su mayoría de grado profesional, no simplemente docente.

De todas esas maravillas no queda ni el recuerdo, podríamos explicarnos por qué esos talleres con sus preciadas herramientas, imposibles de adquirir en el mercado legal, fueron desapareciendo casi de inmediato. Pero qué explicación le podemos dar al vandalismo, o el hurto, de instrumentos científicos, como cristalería de laboratorio, microscopios, balanzas analíticas y un larguisimo etcétera.

Muchas escuelas fueron dotadas con bandas de música, cuyo instrumentos: bombos, platillos, redoblantes fueron adquiridos en Inglaterra, y las trompetas en Austria, naturalmente también en moneda fuerte y a elevados precios. Sospecho que esos desaparecidos instrumentos musicales habrán nutrido algún que otro combo de aficionados, por lo menos tuvieron algún uso práctico.

Las edificaciones, a base de paneles de concreto prefabricado, no quedaron indemnes a la pasión destructiva y vandálica, por decir lo menos; los interruptores eléctricos eran desarmados, no solo con la intención de apropiárselos, era otro renglón deficitario en los comercios, sino para producir chispas al poner los cables en corte circuito y así encender cigarrillos, recipientes con alcohol para calentar agua, y otros diversos usos.

Ventanales y puertas sacados de sus marcos y la madera utilizada como combustible para cocinar algún que otro pajarillo, u otros animales que prefiero ni mencionar, o calentar agua para el baño, en ocasiones esas primitivas fogatas se realizaban dentro de los mismos albergues. ¡La barbarie!

Todas estas acciones tienen que haber impactado las mentes de los jóvenes, el hurto, el robo de los almacenes de alimentos, el irrespeto a la propiedad, la destrucción deliberada y consciente de los medios puestos a su disposición, prepararon, y bien que los prepararon, para su integración a la sociedad de los adultos, teníamos ya al ‘hombre nuevo’.

Pero esos aspectos no fueron los únicos integradores de las afectaciones a la personalidad de los alumnos-víctimas, la lista es larga: el aprendizaje de que sólo con fraudes se pueden alcanzar esas notas y promociones increíbles en cientos de escuelas; la pérdida del pudor en las jovencitas que tenían que bañarse, o realizar sus necesidades fisiológicas, en baños sin cortinas o puertas; la temprana iniciación sexual de hembras y varones en muchos casos en lo que, no queda más remedio, que llamar orgías colectivas o grupales; el cambio de favores sexuales por notas u otras ventajas; el espectro es amplio y devastador.

A estas terribles situaciones se le añade el uso de la violencia como método sistemático en la lucha por la supervivencia, la ley de la selva, auspiciada, protegida y recompensada por las direcciones de los centros que utilizaban esos alumnos-matones para el control de la disciplina [¿qué disciplina?] en los albergues y otras áreas. En muchos casos hasta esos miembros de las direcciones, y los profesores, temían subir a los albergues, y no solo al de los varones, el matonismo también imperaba entre las hembras.

Una versión ampliada y aumentada del “El Señor de las Moscas” de W. Golding; la ley del más fuerte generaba situaciones espeluznantes donde no faltaron las perdidas de vidas humanas, o las lesiones graves, provocadas por las riñas y venganzas. Los más débiles se veían sometidos a presiones y tensiones propias de una penitenciaría, ese era su aprendizaje, su bautismo de fuego. Esos infelices en ocasiones merodeaban por los alrededores para encontrar donde dormir, aunque parezca una exageración, llevaban consigo sus pocas pertenencias, eran como nómadas tratando de evitar las prácticas serviles y abusivas a las que se veían sometidos.

Con ello se logró el sano propósito de crear mentes dispuestas a la esclavitud, a la ignominia, a los bajos instinto, a la delación, a las acciones más deleznables, a la violencia. Ese es, y será, el legado de esa monstruosidad que ahora, sin señalar responsabilidades, al parecer terminará dejando horribles penas y sin la más mínima gloria.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Las ‘instrucciones secretas’ de Breckenridge.

Waldo Acebo Meireles

Recientemente ha aparecido en dos sites las llamadas ‘instrucciones secretas de Breckenridge’ con propósitos diferentes pero en ambos casos injustificables.

Analicemos por qué: ese documento fue publicado por primera vez, por Enrique Collazo en su libro “La guerra en Cuba” [1926], sin embargo el mismo Collazo pone en duda la veracidad de las mismas cuando apunta: “…no haber visto el original nos inclinan a la duda…” para después justificar su publicación en la conducta de las tropas de ocupación.

Collazo fue honesto al indicar que no vio el original, pero no indicó de qué fuente lo obtuvo, cómo llegó a él ese ‘documento’. Una norma elemental de las técnicas de investigación histórica es la crítica interna y externa de un documento, y cuando aplicamos esas técnicas el ‘documento’ resulta poco creíble, de entrada nadie ha visto el original y en segundo lugar las ‘instrucciones’ a pesar de los que diga Collazo no se reflejaron en las acciones previas, durante y después de la intervención, por demás Breckenridge un oficial encargado de la inspección del Ejercito no tenía, ni podía tener entre sus funciones el de aleccionar al General Nelson A. Miles, al mando de las Fuerzas Armadas de los EE. UU.

Aunque aquellos que citan esas ‘instrucciones’ presentan a Joseph C. Breckenridge como: Subsecretario de Guerra, representante del Departamento de Guerra e incluso Secretario de Guerra[1] en realidad, como ya señalamos, el era Inspector General del Ejercito [Inspector-General of the Army] y por tanto no estaba en capacidad de generar dichas instrucciones.

Para abundar en las ideas estratégicas y tácticas del General Nelson A. Miles en la guerra contra España sugerimos consultar las pags. 342-344 d el libro “Cuba's struggle against Spain with the causes of American Intervention and a Full Account of the Spanish-American War, including Final Pace Negotiations” por los autores Fitzhugh Lee, Joseph Wheeler, Theodore Roosevelt y Richard Wainwright, este libro fue publicado en 1899[2] y sí recoge documentos originales que reflejan el pensamiento del General Miles.

En la carta del General Miles al Secretario de la Guerra que en esas páginas se recoge, no hay nada ni parecido a las ‘instrucciones secretas’ y en ese documento se trazan las líneas generales de las acciones que debían desarrollar tanto el Ejército como la Marina, es más se dice algo que entra en franca discrepancia con las ‘instrucciones’ cuando señala:

“…in my judgment, a movement toward the west by capturing the ports along the northern coast of Cuba, at the eastern end supplying the insurgents with abundance of arms and munitions of war…”

En ese mismo libro pags. 498-499 aparece una reseña de las, no la podemos definir de otra forma, breves acciones en que se vio envuelto Joseph C. Breckenridge.

Por último me parece de interés señalar que entre los historiadores de la etapa republicana sólo Herminio Portell-Vilá hace una referencia de pasada de esas ‘instrucciones’ y se equivoca denominándolo Subsecretario[3].

Concluyendo, es mi criterio que dicho documento es un apócrifo que ha tenido su bonanza a partir de 1959 en Cuba, y fuera de ella, pero que nadie ha validado científicamente, sino que simplemente ha sido empleado por razones extra-históricas, ideológicas.

[1] El JC Breckenridge que fuera Secretario de Guerra, antecesor del que nos ocupa, lo fue durante la Guerra Civil para el gobierno de los separatistas del sur, los Confederados.
[2] Hay dos ediciones modernas, ambas del 2008 y están a la venta, entre otros lugares, en Amazon.
[3] Historia de Cuba en sus relaciones con los Estados Unidos y España, Volúmen 4 pag. 138

viernes, 25 de septiembre de 2009

Greguerías de Hialeah [X]

Waldo Acebo Meireles

Decir que la mayoría de la población de Hialeah es hispana o de origen hispano y en especial cubana, es una perogrullada de primer orden, lo interesante sería saber a partir de cuando comenzó a producirse ese fenómeno que convirtió a Hialeah en la segunda ciudad de los EE.UU. en cuanto a porcentaje de población de origen cubano, en 2008, la primera, lo cual será una sorpresa para muchos es: Westchester con un 76%, Hialeah sólo tiene un 75%.

Hialeah ocupaba en el 2000 el cuarto lugar en cuanto a totales de población hispana, con un 90%, el primero lo ocupaba East Los Angeles con un 97%, los otros lugares estaban ocupados por Laredo 94%; y Bronsville 91%, ambos en Texas.

De acuerdo al censo de 1970 la población de origen hispano casi había alcanzado un equilibrio con la nacida en el país llegando a un 44%, para el censo de 1980 pasó a un 74% alcanzando la mayoría que mantiene hasta el momento, nada parece augurar que perderá esa supremacía.

Ahora bien, ¿cuándo empezó esa penetración hispana? Los censos de 1930 y 1940 no reflejan esos datos, sin embargo para 1930 tenemos una fuente de información insospechada el Polk’s Hialeah City Directory[1] para ese año.

Según ese directorio, bastante confiable, además no tenemos otra cosa, enumera 29 personas viviendo en Hialeah con nombres y apellidos de evidente raigambre hispana, por ejemplo hay 6 Pérez, ¡qué raro! De ellos 17 hombres y, claro, 12 mujeres.

Lo más interesante es que cuatro trabajaban para la Universal Cigar Co., muy probablemente ubicada en la misma Hialeah, y ochos más aparecen catalogados como “cigar maker”, verosímilmente eran artesanos independientes, o en buen cubano: torcedores de tabaco chinchaleros.

Es decir que para 1930 un poco más del 1% era de origen latino y ahora una afirmación arriesgada: eran cubanos.


Nota: La imagen que aparece más arriba es la de unos de los folletos de promoción para la venta de parcelas, alrededor de 1920. Lo interesante es que aparece el primer lema de Hialeah: “The Gate-way to the Everglades”, en los años 30’ el lema pasó a ser: “Pacemaker of the Peninsula”; para los 40’ se utilizó el siguiente: “All Ways Lead to Hialeah” y desde los 80’: “City of Progress”.



[1] El Polk City Directory comenzó a publicarse en 1870, aún lo hacen online.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Greguerías de Hialeah IX

Waldo Acebo Meireles

El ‘boom’ en ‘real estates’ cuyas consecuencias ahora estamos disfrutando tuvo un antecedente en el ‘boom’ que se produjo al sur de la Florida en los años 20’ del siglo pasado. Hialeah tuvo una amplia e importante participación en ese proceso especulativo.

Glenn Curtiss y James H. Bright iniciaron su sociedad en el negocio de granjas de ganado vacuno para la producción y comercialización de leche. Bright tenía una larga experiencia en ese negocio y había comprado algunos cientos acres de tierra para iniciar su empresa, luego de asociarse con Curtiss se adquirió mucha más tierras con vistas a expandir la compañía, la tierra fue adquirida a bajísimos precios.

Al poco tiempo la habilidad comercial de Curtiss le indicó que el verdadero negocio no era criar y ordeñar vacas, sino la venta de parcelas en el extenso territorio que tenían en propiedad, puso en prácticas esas habilidades y empezó a promocionar esos terrenos que aunque aún un tanto anegados él los vislumbraba con un brillante futuro. Las obras de dragado y canalización iniciadas por el gobierno casualmente facilitaron ese futuro.

Se procedió a parcelar parte de los terrenos [ver más arriba imagen de esa primera parcelación], se construyó un edificio que servía de centro de recepción de los futuros compradores, un pequeño muelle en el canal y otros elementos de atracción como la efigie de Jack Tigertail de la cual hemos ya hablado, y que aparece en el sello actual de Hialeah.

Organizaron excursiones utilizando unos ómnibus adecuados para esos fines que partían de la oficina que la empresa tenía en Flagler, el otro medio de transportación utilizado fueron los barcos “Lady Lou” y “Biscayne”, que navegando canal arriba llegaban hasta Hialeah; inicialmente no existían los puentes que luego atravesarían el canal, facilitando el trayecto por tierra.

La recepción la brindaba Jack Tigertail con su atuendo tradicional, después de ser asesinado en 1922 su lugar fue ocupado por otro jefe seminola, Willie-Willie; posteriormente los vendedores comenzaban a promover las maravillas del futuro de Hialeah, y en el local de recepción, ya mencionado, se cerraba el negocio. Todo tenía un aire festivo.

Tan efectivas fueron las campañas de promoción que las parcelas se vendieron como ‘pan caliente’. Curtiss reconoció, años después, que había ganado más dinero en la venta de terrenos en Hialeah que en sus otros múltiples negocios.

El final del ‘boom’ para Hialeah fue el ciclón del 26, que arrasó con Miami dejando cientos de muertos de ellos una veintena en Hialeah. Las casas que existían para esos momentos eran generalmente de madera y buena parte de la población vivía en tiendas de campaña en la espera de la construcción de sus viviendas definitivas.

El desastre fue terrible, un testigo ocular, describía que las casas rodaban como si fuesen latas vacías arrastradas por el viento. Hasta edificios de mampostería como el banco que habían creado Curtiss y Bright fue arrasado.

El huracán coincidió con la desaceleración de la carrera especulativa y después el crack del 29 completó la tarea con la total desestabilización de la economía norteamericana, Hialeah logró mantenerse a flote gracias al juego y otras actividades no muy legales que digamos, pero de eso ya hemos hablado.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Greguerías de Hialeah [VIII]


Waldo Acebo Meireles

La vida política de Hialeah, desde sus inicios, fue bastante movida y, por qué no, divertida; por ejemplo el primer ‘mayor’ se auto-eligió después de convocar a 28 residentes a una reunión, esto ocurrió en 1924 lo cual probablemente aceleró el proceso de incorporación iniciado por los fundadores Curtiss y Bright y la creación de la ciudad en 1925 con la elección de su primer mayor [alcalde] en una elecciones en que participaron 532 votantes registrados.

Aquel auto proclamado alcalde se llamó J. H. Wendler y a los pocos días de su ‘elección’ recibió un balazo por razones ajenas a la misma, poco después protagonizó otro incidente: había publicado un artículo en un periódico que editaba y el mismo no le agradó al Ku-Klux-Klan, ello provocó que un grupo de hombres enmascarados lo asaltaran, lo embadurnaran con brea y luego lo emplumaran, este fulano no tenía muy buena suerte que digamos.

Las primeras elecciones fueron ganadas por J. P. Grethen que permaneció en el cargo de mayor por dos períodos. En 1933 fue sustituido por L. O'Quinn, ya para ese entonces el verdadero control de la ciudad estaba en manos de la banda Slayton-Hyde, a la cual se le estimaba ganancias anuales de 30 millones[1] obtenidos honradamente en negocios de apuestas, juego y prostitución. Uno de los centros en manos de estos distinguidos hombres de negocios fue el afamado, vaya a saberse por qué, ‘Club Bagdad’[2].

La situación de corrupción imperante llegó a molestar, y en particular, afectar los negocios de Ernest ‘Cap’Graham [padre del que posteriormente fuera gobernador de la Florida, Bob Graham]. Graham tenía vaquerías para la producción lechera, al norte de Hialeah, donde hoy se encuentra Miami Lakes y sus camiones de entrega de leche eran frecuentemente multados por la corrupta policía de Hialeah. La gota que colmó el vaso fue la golpiza que recibió su amigo y empleado Les Lewis.

Graham hombre de firmes convicciones decidió que él tenía que acabar con todo esto y así se lo prometió a si mismo y se lo hizo saber a los gangsters. Inició una campaña política para reformar los reglamentos de la ciudad y expulsar al mayor y al consejo completo.

A pesar de recibir amenazas de muerte, Graham siguió su campaña y para 1937 fue elegido senador del estado de la Florida, en ese año la lucha llegó a su clímax, y aunque no logró todos sus objetivos, creo las condiciones para sanear la política de Hialeah.

Años después Red Slayton le escribió una carta a Graham, desde la penitenciaría donde cumplía condena, elogiándolo como el único político honesto que había conocido y señalando que:

"You said you'd run me out of town and throw me in jail, and you kept your word."[3]



[1] En dólares actuales serían unos 3000 millones, lo cual es algo.
[2] Estaba ubicado en la esquina sureste de la 14th. Street y la 9 Ct. East y entre otras actividades se tomaban apuestas para las carreras de caballos, perros; se jugaba a la ruleta, los dados y veintiuna.
[3] “Usted dijo que me iba a sacar del pueblo y tirarme en la cárcel y mantuvo su palabra”

martes, 22 de septiembre de 2009

Greguerías de Hialeah [VII]


Waldo Acebo Meireles

Qué ideas eran las que tenían los fundadores de Hialeah, Gleen Curtiss y James Bright, acerca del destino de esta ciudad no me queda muy claro ya que estos dos hombres anidaban un genial espíritu de empresa unido a ciertas proyecciones de evidente contenido humanista. Pero fuesen las que fuesen no creo que se acomodasen al camino que tomó desde el principio.

La apertura de el hipódromo, [Race Track] el cinódromo y la cancha de Jai-alai, todos ellos vinculados al juego, las apuestas, en esos momentos aún ilícitas, sólo fueron autorizadas en 1931, las ‘slot machines’ [máquinas de jugar] fueron legalizadas en 1935, de todas estas infracciones e ilegalidades las autoridades, evidentemente, se hicieron de la vista gorda, y ello trajo consigo el desarrollo de toda una red de servicios asociadas a este tipo de negocio y lógicamente atrajo el tipo de persona vinculados a estos.

Surgieron decenas de hoteles, nightclub, ‘speakeasy’, [la “Prohibición”, ley seca, fue derogada en 1933] y aunque no encontramos ninguna referencia exacta, aunque sí indirecta, suponemos que existían más de un prostíbulo.

Uno de los centros nocturnos más renombrados aparece en la ilustración más arriba: The Follies[1], donde siguiendo la tradición de este tipo de lugar las coristas, cantantes y vedettes dejaban entrever buena parte, la mejor, de su humanidad, mientras los parroquianos disfrutaban el ‘Hialeah rye’, servido en tazas de te, como si con ello engañaran a alguien.

El Hialeah rye se convirtió en la norma de los ‘moonshine’, en Cuba diríamos ‘chispaetren’, para el sur de la Florida. Es probable que los caldos primarios proviniesen de la Pennsilvania Sugar Company [Peensuco] el ingenio azucarero estaba en las cercanías de Hialeah, hacia el noroeste y los campos de cañas llegaban hasta las proximidades del pueblo.

Hialeah era una anticipación, en pequeña escala, de Las Vegas actuales y ello tendría consecuencias de las que hablaremos en otra ocasión.

De la presencia de Al Capone, uno de los más conspicuo visitantes de Hialeah, un testigo ocular dejó esta descripción:

“…rodeado de enjoyadas prostitutas, y con sus binoculares, recibía a serviles aduladores que se agolpaban para estrecharle la mano, un verdadero Sha de Persia… ¡Dios mío!”

[1] El edificio de The Follies, ya desaparecido, es un ejemplo del estilo ‘revival mediterraneo’ y el estilo ‘mision’ que era el que los fundadores consideraban que debían tener las construcciones en Hialeah, a diferencia de Miami Spring que debería ser en estilo pueblo y Opalocka que sería árabe. Estas fueron las tres ciudades que ellos fundaron.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Greguerías de Hialeah [VI]

Waldo Acebo Meireles

Los flamencos sin ser el ave oficial del Estado de la Florida, la oficial es el sinsonte, es sin embargo en la imaginación popular, una especie de icono de la Florida. Los vemos representados en múltiples souvenirs, en diversas imágenes que simbolizan el territorio. Incluso en muchos jardines vemos estas aves modeladas en plástico, un tanto ‘kitsch’, pero para gustos…

Lo simpático del asunto es que los flamencos no son originarios de la Florida, ni se han reproducido con facilidad en este territorio. Los primeros 50 fueron introducidos por James H. Bright, uno de los fundadores de Hialeah, que consideró que esas magnificas aves tendrían un excelente marco en el Hialeah Race Track que él había construido.

Esas primeras aves fueron importadas de Cuba, al igual que las palmas reales que adornan el sitio. Llegaron, revisaron el estanque que se les había construido en el centro del circuito de la pista de carrera, miraron hacia las graderías construidas en un pomposo estilo mediterráneo, estiraron las alas, despegaron y hasta Cuba no pararon.

Las relaciones de Bright con Cuba al parecer se remontan a cuando decidió introducir la hierba paraná, originaria de África pero que se daba muy bien en Cuba, era ideal para los inundados terrenos que había adquirido en la futura Hialeah con el propósito de criar ganado lechero. Esa hierba, conocida aquí como ‘paragrass’, deja actualmente millones de dólares en perdidas ya que bloquea canales, drenajes, etc., es considerada una planta invasora. No siempre las cosas salen del todo bien.

Bright no era hombre que se amilanase ante los problemas, ya había reconstruido la gradería del hipódromo arrasada por el ciclón del 26, así que esos pájaros no le iban a ganar la partida tan fácilmente. Mandó a traer cien más y comisionó a un hombre la tarea de mantenerles las alas cortadas, y se sentó, es un decir, a esperar que los flamencos se olvidaran de Cuba y se decidiesen a procrear y a establecerse de manera permanente.

Tuvo que esperar cinco años a que el primer huevo fuese empollado, el 6 de julio de 1937 nació el primer pichón de flamenco, no sobrevivió más de tres meses. Dos años después nacieron 32, y estos mayoritariamente sobrevivieron, hoy la población de flamenco ronda los 300 y cuestan unos mil dólares semanales su mantenimiento y peculiar alimentación: mariscos, que serán flamencos pero no bobos.

lunes, 10 de agosto de 2009

NEP o no NEP

Waldo Acebo Meireles

En los últimos tiempos han aparecido alusiones a la NEP, la “nueva política económica” aplicada en Rusia por Lenin en 1921, tratando de establecer una comparación con las ‘reformas’ emprendidas por Raúl Castro en Cuba. Las comparaciones de fenómenos históricos alejados en el tiempo y en diferente contexto son sumamente riesgosas, y en este caso particular es realmente ilusoria.

Lo primero que debemos notar es que las ‘reformas’ hasta el momento se han limitado a lo que al parecer se ha convertido en un proceso extremadamente laborioso, complejo, y delicado, es decir burocrático, de redistribuir las tierras ociosas; esto de ‘tierras ociosas’ es una forma de obliterar la realidad, ya que lo que han estado ociosos son los que tenían la responsabilidad de hacerlas productivas.

Desde aquí el intento de comparación fracasa, ya que la NEP no solo tuvo una manifestación en la agricultura, la más importante y determinante, sino también en las esferas del comercio y la industria.

En la agricultura la NEP eliminó el método coactivo de ‘contingentación’ [prodrazverstka], aplicado durante el llamado ‘comunismo de guerra’ y estableció el impuesto en especie único y fijo [prodnalog], medida esta que en nada se parece a la que se intenta aplicar en Cuba. Pero las diferencias no se limitan a esto; en Rusia el ‘comunismo de guerra’ no había dado resultados, las requisas obligatoria de alimentos a los mujiks y kulaks [campesinos pobres y medios] no solo había alienado el entusiasmo de los campesinos por la Revolución de Octubre, sino que lo que había provocado es que esos campesinos escondieran los alimentos producidos, aumentado el estado de hambruna en la ciudades y a la utilización de la violencia para tratar de obtener esos excedentes agrícolas.

La aplicación de la NEP en el campo permitió que el campesino tuviese interés en aumentar la producción ya que el excedente que lograse, luego de separar el consumo familiar y pagar el impuesto fijo, no le sería arrebatado sino que lo podría comerciar libremente.

Aquí vemos una diferencia básica, pero hay otra más también de fondo; y es que en Rusia la clase campesina había sido vapuleada, amedrentada y esquilmada pero seguía existiendo como tal, y era por demás mayoritaria en la población. No es ese el caso de Cuba en que los campesinos también han sido vapuleados, amedrentados y esquilmados, aún más, han sido aplastados como clase y representan una fracción minoritaria de la población.

Por otra parte los mujiks y kulaks rusos trabajaban una tierra que tenían en propiedad, mientras que los aspirantes a campesinos en Cuba solo tendrán una posesión limitada en el tiempo y probablemente en el uso, por lo cual una inversión de capitales en bienhechurías y mejoras sería una opción económica en extremo arriesgada, difícil de tomar.

La NEP le permitió a Rusia salir de la situación económica en que había quedado después de la I Guerra Mundial y la cruenta guerra civil; rescató y aceleró la producción industrial, revitalizó el comercio y produjo excedentes agrícolas suficientes para servir de base al comercio y la industria y eliminar la hambruna en las ciudades.

Finalmente la NEP fue aplicada prácticamente en los inicios de un proceso económico y social que en esos momentos aparecía como una alternativa, un fenómeno en su juventud. Las ‘reformas’ en Cuba se aplican a un proceso envejecido que ha dado todo de si, tanto nacional como internacionalmente.

Es en extremo dudoso que las ‘reformas’ de Raúl tengan un resultado similar a la NEP, el ‘mercuro-cromo’ se está acabando, no queda para mucho más, salvo extender la agonía de un sistema inviable, en estado comatoso.

Greguerías de Hialeah [V]


Waldo Acebo Meireles

Hialeah tuvo uno de los primeros aeropuertos en los EE.UU., Glenn Curtiss, que fue uno de los pioneros de la aviación, concibió inicialmente construir el campo de aviación al oeste del Race Track pero al parecer la rápida venta de los terrenos en esa zona lo llevó, como buen hombre de negocio que era, a ejecutar sus planes al noreste, prácticamente en los límites de lo que posteriormente fue la ciudad de Hialeah.

Para mediados de la década del 10 el campo aéreo estaba en pleno funcionamiento con la escuela de aviación que Curtiss creó, por ella pasaron centenares de hombres que luego fueron a pelear a Europa, durante la I Guerra Mundial, piloteando los endebles aviones de la época.

Ese primer aeropuerto se conocía con el nombre de “Glenn Curtiss Field” y se encontraba ubicado en un extenso terreno que en nuestros días está bordeado al oeste por la 8 Avenida del East [Le Jeune Road], al sur por la 52 Street y al norte por la 65 Street. En la actualidad ahí se encuentra el Departamento de Policía de la Ciudad de Hialeah, que ocupa la porción sur, al norte se encuentra las amplias instalaciones de la UPS.

El aeropuerto funcionó para el tráfico de pasajeros que visitaban Miami, escuela de aviación y para el correo aéreo. En 1928 Curtiss donó el aeropuerto a la ciudad de Miami, y comenzó a llamarse “Miami Municipal Airport”, en octubre de 1947 pasó a llamarse “Amelia Earhart Field” en memoria de la famosa aviadora que salió de este aeropuerto, el 26 octubre de 1937, a darle la vuelta al mundo, desapareciendo casi al final de su travesía en aguas del Océano Pacífico.

Durante la II Guerra Mundial el aeropuerto fue utilizado para cumplir misiones miltares, llamándosele “South Field #2” y “Navy Municipal”.

Para mediados de la década del 50 ya se había construido el actual aeropuerto de Miami y el de Hialeah perdió sus funciones; sus pistas fueron utilizadas para carreras de auto hasta mediados de los 60, por esos años fue demolido y posteriormente en ese espacio se construyeron las instalaciones y edificios que ya mencionamos.

Nada queda que recuerde ese primer aeropuerto, ni una tarja, obelisco o placa conmemorativa, y bien que lo merecería.

sábado, 1 de agosto de 2009

Greguerías de Hialeah [IV]

Waldo Acebo Meireles.

Los vendedores ambulantes en Hialeah recorren una amplia gama de mercancías e incluso servicios. Esta institución económica se ha ido extendiendo al resto del Condado, pero sus inicios sin lugar a dudas están por acá. El vendedor ambulante requiere una contrapartida: el comprador, el marchante, sedentario, los cuales abundan en los complejos habitacionales de esta ciudad.

El más conspicuo vendedor ambulante es aquel que adorna su pequeño camión con plátanos, maduros y verdes, vianda o de fruta; malangas, boniatos, mangos, amarillas calabazas, coles y una extensa variedad de otras verduras, hortalizas, legumbres y frutas. Este es un lejano heredero de aquel que alquilando por unas monedas una carretilla la surtía en la Plaza de Cristina, el Mercado Único, y salía llevando sus mercancías hasta los más alejados barrios habaneros.

Igual que los anteriores los camioncitos de helados que recorren las barriadas ‘jayalenses’ son descendientes directos de aquellos que usando tracción animal, su propia fuerza, o en el mejor de los casos una motoneta Cushman adaptada para aquellos menesteres iban moviendo sus campanillas para llamar a los infantiles consumidores. Más modernos equipamientos permiten a estos heladeros generar una musiquilla a veces exasperante, sobre todo para los padres.

Pero el que más atención me ha despertado es el amolador de tijeras, esta antiquísima profesión, este oficio con raíces en el medioevo que tiende a desaparecer por el propio desarrollo tecnológico que se ha encarnizado en contra de esos otrora prestigiosos artesanos de filos, contrafilos y punta. Ha pasado la época en que barberos y costureras se preciaban de unas tijeras Solingen, que podían pasar de una generación a otra; los cuchillos de filo permanente al láser, o los de filos aserrados, o los de aceros de alta dureza que requieren, cuando lo requieren, maquinas especiales para el afilado como si fuesen brocas o cuchillas de tornos al diamante, van haciendo fenecer este oficio.

Sin embargo aún en Hialeah perdura uno, quizás el ultimo por acá de esta honorable estirpe. En Cuba el oficio estaba en manos de gallegos industriosos, que con aquellos complejos aparatos mezcla de monociclos y taburete iban por las calles con su ‘flauta de pan’, me refiero al instrumento musical, anunciando sus servicios. Este remanente de por acá utiliza el mismo reclamo pero grabado y amplificado, que hay que adaptarse de alguna forma a los tiempos, ¡qué remedio!

Nota: En el museo de Ibor City, en Tampa, se conserva uno de estos artefactos, pero puede ahorrarse el viaje colocando en ‘search’de YouTube la palabra amolador y/o afilador y verá estos equipos y hasta podrá oir la ‘flautas de pan’ que al parecer aún son comunes en Portugal y Suramérica. [link]

lunes, 27 de julio de 2009

Greguerías de Hialeah [III]


Waldo Acebo Meireles

Aquel año de 1926 fue fatídico para Hialeah, y para Cuba, para esta última no sólo fue el ciclón sino la debacle del nacimiento del Hijo de Birán que aún asola nuestro territorio desde su impúdico catafalco.

En realidad lo de Hialeah fue algo menor en comparación, pero el ciclón dejó unos resultados que hoy nadie supone. De no ser por aquel diluvio que desbordó el río Miami, y los canales que cruzaban por el territorio, anegando las pocas calles del Hialeah de aquel entonces, permitiéndoles a cocodrilos y caimanes el dedicarse a pernoctar en los portales de aquella novísima comunidad, sino fuese por los vientos que arrasaron los techos del hipódromo original, el cinódromo, la cancha de jai-alai y otras divertidas construcciones, pues hoy las cosas quizás fueran diferentes.

Especialmente si los estudios cinematográficos en que se filmaron algunas de las primeras películas de Tarzán y algún que otro drama, no hubiesen sido arrasados por el huracán.

Esos estudios fueron construidos al fondo de donde hoy se encuentra la Planta de Agua de Okeechobee, a un costo de unos $500,000 [lo que representa unos 94 millones en la actualidad]. Entre los directores más afamados que filmaron en estos estudios se encuentran: George B. Seitz ‘Sunken Silver’ [1925]; Rex Ingram ‘The Prisoner of Zenda’ [1922]; D. W. Griffith ‘The White Rose’ [1923], ninguna relación, y ‘Another Scandal’ [1924] también pasaron por estos estudios los actores Eddy Polo en el ‘Captain Kidd’ [1922] filmada parcialmente en Cuba y en Hialeah; Gloria Swanson en ‘The Coast of Folly’ [1925] y Betty Compson en ‘Miami’ [1924] es la actriz que aparece en la ilustración, más arriba.

No soy nada dado a las llamadas ‘historias alternativas’, pero imaginemos por un momento una entrega de los Oscar en la Meca del Cine: Hialeah, para el caso también empieza con H, y a las grandes estrellas, directores y productores, compartiendo una coladita en la esquina.

lunes, 20 de julio de 2009

Greguerías de Hialeah [II]

Waldo Acebo Meireles

En el logo, o escudo, de Hialeah aparece un indio, un seminola, con el brazo levantado, no sabemos si esta parando una guagua La Conchita, o comprobando si está lloviendo, o como dice la historia, o la leyenda, está señalando y nombrando el lugar que hoy conocemos como Hialeah.

Según la más aceptada versión, los hechos ocurrieron de la siguiente manera:

— Hey Jack — Asi es como dicen que se llamaba, seguramente su nombre era otro pero no tenemos que atener a lo conocido: Jack Tigertail — ¿Cómo se llama esto?

Y Jack, que como es lógico no comprendía muy bien el inglés, entendió qué cosa es esto, y entonces respondió, pensando; ¡coño que bruto son estos rubios, eso se ve a la legua!:

— Hi-a-le-ah[1] — Señalando la llanura bastante encharcada que tenían delante. No, no, Jack no era gago es que así escribían Hialeah en los primeros folletos impresos para promocionar la venta de terrenos, que aunque un tanto encharcados, pensaban promover.

Y promovieron. Se construyeron canales, se elaboraron planos, se construyó un inmenso Jack Tigertail[2] [tenía, calculamos, unos 25 pies de altura] con el brazo extendido, suponemos que de madera prensada o algo similar; se organizaron excursiones navegando por el río Miami, y en unas guaguitas muy simpáticas que tenían que hacer un largo recorrido para llegar a su destino. Después se construyó el puente levadizo que une Hialeah con Miami Spring, ya no es levadizo pero se han conservado las estructuras metálicas que permitían elevar el puente.

El genio comercial de los promotores, de los cuales hablaremos en otro momento, generó decenas de inventivas publicitarias e incluso promovió algunas técnicas novedosas para la época.

Un ejemplo de ello fue un vehículo que abriendo sus costados y extendiendo una especie de tienda de campaña se convertía en una vivienda provisional mientras se esperaba la finalización de la definitiva. No tengo información de si alguien utilizó ese lejano antecedente de los vehículos que hoy llamamos casa móvil, ni si ese abuelo de los “Motor Homes” de la actualidad en realidad era algo viable.

Como vemos el lema de Hialeah: “the City of Progress”, se cumplía desde sus lejanos inicios allá por la década del 20’ del siglo pasado.


[1] Hialeah, o Hi-a-le ah, o como mejor nos parezca quiere decir en la variante de la lengua creek que hablaban los seminolas: una pradera, llanura o como diríamos en Cuba: una sabana.
[2] La imagen de Jack representada en la valla nos indica que el mismo pertenecía al grupo conocido como ‘black seminole’ o ‘seminole negroes’ descendiente de la fusión étnica de negros, escapados de las plantaciones esclavistas, con los seminolas. En la versión que aparece en el actual logo de Hialeah, Jack está blanqueado y no se perciben rasgos negroides.

Greguerías de Hialeah [I]

Waldo Acebo Meireles

No lo puedo demostrar con una colección de datos estadísticos, aunque por cierto alguien dijo que con las estadísticas se puede demostrar cualquier cosa, pero mi empírica observación me indica que cuando un cubano llega a estas latitudes y recibe el primer cobijo de algún familiar, amigo, conocido, etc., ese primer asentamiento lo marca y a partir de ahí está más o menos predestinado a seguir viviendo alrededor de esa, su primera ubicación.

Es algo así como un establecimiento de una circunstancial y casual patria chica que lo ata y con el que establece una relación afectiva y efectiva que no siempre es positiva pero que resulta en esa permanencia, en ese merodeo alrededor de los límites de aquella casualidad convertida, no se por qué, en causalidad.

Casi es mi caso, mi desembarco primigenio fue en Hialeah Gardens pero rápidamente me despojé de los jardines y me fui a la ciudad madre: Hialeah. Aún ando por acá, en esta ciudad heredera de lemas marianenses, no me refiero a ningún culto mariano, sino al Marianao de Orúe, aquella ciudad que progresaba, ya no más.

Esta de por acá si lo hace que no todo es ‘agua, fango y factorías’ como dice el chascarrillo popular, basta recorrer la ‘49’ para comprenderlo, más de una decena de bancos, con incluso nuevas aperturas en el fatal 2008, nos habla de que aunque de las factorías ya no queden muchas, las fuerzas económicas están vivas y son pujantes.

Mi amor por Hialeah, fue de esos de primera vista, mi excursión iniciática al día siguiente a mi llegada a estos lares incluyó un cafecito que no era de 3 centavos como los de la antigua Habana pero a 25, por aquellos años, no era para llorar. Y aquella frase de la dependiente: ‘Mi chino si quieres más…’

Dependientas y dependientes cariñosos, aunque no siempre amables, es un rasgo de este Hialeah donde usted puede vivir entre poetas si decidí rentar en la Avenida Antonio Machado casi esquina a José Martí.

Un pacto olvidado: Miccosukee-Cuba


Waldo Acebo Meireles

En el mes de julio de 1959, invitados a las festividades por el 26 de julio, una delegación de indios miccosukees arribó a Cuba, sí, esa misma tribu que hoy posee casinos, hoteles, restaurantes y no se cuantas cosas más.

Pero hagamos un poco de historia para poder enmarcar este hecho, bastante singular, en un marco adecuado: Los miccosukees llevaban años luchando por el reconocimiento de sus derechos ante el gobierno de los EE.UU., con el cual, entre paréntesis, aún se encontraban técnicamente en estado de guerra, ya que después de la ‘Guerras Seminolas’, no se había firmado ningún tratado de paz. Sus múltiples gestiones se veían congeladas por la burocracia de Washington, y el Bureau of Indian Affaire no acababa de tomar una decisión definitiva aunque en 1957 se había producido cierto reconocimiento a las demandas de los miccosukees.

En enero de 1959 y bajo la presión de unos de los miembros del consejo, Wallace ‘Mad Bear’Anderson, fue enviado a Cuba un un pliego de reconocimiento de la Nación Miccosukee al gobierno revolucionario recién instaurado. El mismo estaba en una piel de ciervo [buckskin]. Se dice que el reconocimiento miccosukee se produjo horas antes de el de Washington.

Al parecer esto motivó la invitación hecha a los miccosukees para participar en el primer 26 de julio celebrado en La Habana a donde también fueron invitados, además de los campesinos que inundaron La Habana, a decenas de figuras de América Latina, como Salvador Allende, la hija de Jorge Eliecer Gaitán, Lázaro Cárdenas, Paz Estenssoro, Juan José Arévalo y otros.

La decisión de aceptar la invitación del gobierno cubano no fue fácil, pero influyeron, los rumores de que Cuba iba a apoyar las demandas de la Nación Iroquesa en las Naciones Unidas, las opiniones del abogado Morton Silver, sobre el cual recayeron posteriormente sospechas de ser un simpatizante comunista, y en especial el firme criterio de Buffalo Tigre de que esa visita podría ser de beneficio a la causa miccosukee.

La delegación de los miccosukee estuvo integrada por once miembros de la tribu más Silver y Bob Reno, hermano de Janet, quien fungió como una especie de corresponsal publicando en el Herald un artículo bajo el título “Seminoles Win Cuban Approval” donde describe las conversaciones de los miccosukee con Fidel Castro.

La delegación permaneció entre 3-4 días en Cuba al parecer no aceptando la extensión de una semana más que propuso Castro. Participaron en el acto del 26 de julio como invitados, la foto que aparece más arriba nos indica que estaban en el frente de la Biblioteca Nacional.

La reacción de la prensa en EE.UU, no se hizo esperar, el 29 de julio el Miami Herald criticó con fuerza la jugada de los miccosukee considerandola un truco de un grupo mal aconsejado que ha abochornado a miles de seminolas.

El 4 de agosto aparecieron las declaraciones de Mike Osceola distanciando a los seminolas de la acción de los miccosukees y declarando que ese grupo no los representaban a ellos.

Según Buffalo Tigre, en una declaraciones hechas en 1986, la reacción de Washigton tampoco se demoró:

“When Castro took over Cuba, he wanted us to come over as his guests. We went and were treated ok. When we got back the United States said “ok, don’t go back. Promise you wont, and you will be Miccosukees” “We needed our own power and we had to go to Cuba to get it”

Buffalo Tigre evaluó el viaje a Cuba como un elemento básico en la obtención de los acuerdos que beneficiaron a los miccosukees, en una entrevista efectuada en diciembre de 1997, y publicada en el Miami Herald del 1 de enero del 2000, él ratificó ese criterio:

"...The government wanted to pay us money to shut up. We wanted land set aside for us and to be left alone. No one in Washington would listen to us. So when [Fidel] Castro took over [in 1959], I went over there and smoked some cigars with him and Che Guevara and I asked them: 'Do you recognize the Miccosukee Tribe?' Castro said he did. He said that if the United States would not give us a place to live, we were welcome to go over there and he would make room for us. When we got back, there were all kinds of phone calls from Washington. The government started dealing with us seriously then.''

La conexión Miccosuke-Habana evidentemente favoreció la causa de los indios, los resultados están a la vista, y por suerte para ellos no tuvieron que irse para Cuba, pueden celebrar el 50 aniversario tranquilos.

Excepcionalidad americana.

Waldo Acebo Meireles

No nos podemos quejar, vivimos en un continente muy especial, fuimos el único descubierto, pasando por alto Australia y la Antártica, pero a quién le interesa esas regiones; además nadie discute esos ‘descubrimientos’, sin embargo los antiguos egipcios, los no tan antiguos fenicios, los griegos, los vikingos, con el Erik el Rojo a la cabeza, le disputan a nuestro Colón, y digo nuestro porque sin nosotros que hubiese sido de él; el descubrimiento de qué: del Nuevo Mundo, que Colón confundió con Asia y los cartógrafos del siglo XVI confundieron con América.

Pero lo cierto es que somos un continente excepcional, único, especial, que incluso podemos, a diferencia de Europa, Asia y África, ser considerados como una isla monumental, casi sideral., ya que nos rodea agua por todos los lados, dos grandes triángulos que flotan sibilinamente en el inmenso mar de lo real maravilloso.

Nuestra literatura se ha apropiado del término, y ha tenido sus razones, no vamos a discutirlo, pero lo que realmente es real y maravillosamente es una maravilla, es una temática que otros continentes podrán envidiar pero no les corresponde, es nuestra, sin remedio: los tiranos

Desgraciadamente como somos un tanto dejados, tuvo que venir otro español a descubrirnos la temática. Así apareció ‘Tirano Banderas’ de Ramón Valle Inclán, allá por los años 20, nos dejó a un tirano un tanto turístico, pero con mucho de los atributos que son propios del espécimen. No resulta desagradable este Tirano pero entre los personajes de Inclán preferimos al Marqués de Bradomín, más lascivo y promiscuo pero menos acartonado que Banderas. Pero este fue nuestro, prestado pero nuestro.

Pasaron algunos años hasta que un americano se decidiera a darle continuación a la temática y así surgió ‘El señor Presidente’ de Miguel Ángel Asturias, publicada en 1946, más de 13 años después de escrita, cierto es que se enfrenta a la temática quizás con demasiada prudencia, no era para menos, y el personaje central casi ni es un personaje, son más bien que sus apariciones, las apreciaciones de sus actos y las consecuencias de los mismos lo que delinea al tirano.

La próxima obra será la genial sátira ‘El gran Burundú-Burundá ha muerto’ (1952) de Eduardo Zalamea; la más divertida, ágil y breve de todas con su jocoso desfile de onomatopéyicos.

Los años 70’ serán testigo de una explosión de la temática: Las novelas de Augusto Roa Bastos (Yo el Supremo, 1974), Alejo Carpentier (El recurso del método, 1974), Gabriel García Márquez (El otoño del patriarca, 1975), ‘Oficio de difuntos’ (1974) de Arturo Uslar Pietri y ‘General a caballo’ (1977) de Lisandro Otero, todas ellas brindando legitimas variantes del tema. La más reciente ‘La fiesta del chivo’ (2000) de Mario Vargas Llosa en la cual, como en el caso de la novela de Roa Bastos, el tirano no es un personaje de ficción, sino bien real.

Confesemos que la que leímos con mayor interés y detenimiento fue la de García Márquez, tratando de encontrar claves, oscuras referencias y detalles relacionado con su tiránico amigo, García Márquez es el único escritor, que ha abordado el tema, y que mantiene una relación estrecha con un tirano por antonomasia.

Sin embargo nos gustaría referirnos a la obra de Roa Bastos no por considerarla la mejor, la de mayor interés, o la de mayores méritos literarios, ni tan siquiera por la apócrifa proclama con la que comienza la obra y que preferiríamos ver, no en la Catedral de la Asunción, sino en la de La Habana, nos referiremos a ella por el personaje que retrata: José Gaspar Rodríguez de Francia, este arquetipo del tirano de una exhuberancia que resulta en la envidia de aquellos que históricamente continuaron su ejemplo, con menos coherencia quizás, pero con el mismo entusiasmo destructivo.

El Dr. Francia, como también gustaba ser llamado, generó una suerte de mezcla del socialismo de los jesuitas de largas y profundas raíces en las misiones del Paraguay con una xenofobia extrema, aunada a la continuada intervención en las actividades productivas, tanto agrícolas como industriales, expropiando la mayor parte de las tierras y poniéndolas en manos de sus seguidores. Propició la enseñanza en escuelas estatales, preconizo la vida espartana, y la austeridad, abolió las procesiones religiosas, y otras festividades, no le bastaba con controlar el mundo material, necesitaba el control del espiritual, el dominio total de cuerpos y almas y así, para evitar influencias externas, cerró las puertas al comercio exterior, lo cual estaba también en correspondencia con la filosofía numantina del tirano.

Casualmente los textos de historia cubanos, tanto los universitarios como los de la enseñanza media alaban al tirano Dr. Francia sin ningún pudor, ¡qué raro! Entre las numerosas citas que se hacen del tirano esta es la que más disfrutamos:

"Si el Papa viniera al Paraguay, puede ser que le nombrara mi capellán, pero bien se está él en Roma y yo en La Asunción."

miércoles, 1 de julio de 2009

Sólo para entendidos.


Waldo Acebo Meireles

Dejémosle los Velásquez, con sus consabidas Meninas y sus maravillosos Borrachos a los que entienden de esas fruslerías; los Goya, Grecos, Sorollas y esos prodigios del Bosco que en el Museo del Prado esperan por los entendidos.

Mejor conozcamos que las fabadas asturianas no se hacen con judías sino con fabas y que necesitan obligatoriamente del delicado azafrán; y que los caldos gallegos no son potajes, sino eso: caldos, que humean regocijantes.

Nada del Thyssen Bornemisza y sus Picasos, Dalíes, Goncharovas, Matisses, Manets, fauvistas, cubistas, expresionistas e impresionistas y tomemos un buen tiempo disfrutando con el paladar el Museo del Jamón con una casi infinita selección de obras de arte en eso de embutir carnes en tripas y en descifrar las sutilezas de un “jamón pata negra”, en comparación con un serrano [que nada tiene que ver con lo que por acá conocemos] o un jamón de bellota u otro curado.

Ignore usted Palacios Reales y Catedrales de Almudena y siéntese a degustar un vino riojano frente a esos inescrutables monumentos, y a un lado del Teatro de la Opera, y como reza un anuncio con clara premonición, “¡Al diablo con la crisis! come y bebe bien”, disfrute del aire fresco, del vino y de un buen queso que fue en algún momento leche de cabra montuna en Asturias y viva usted el momento. Innecesario aviso para esos madrileños que en tropeles inundan la Gran Vía a cualquier hora del día, y hasta adentrada la medianoche.

En Toledo le sugiero que se olvide del Alcazar, de la Catedral, de las antiguas y reconvertidas sinagogas, pase por alto al majestuoso Entierro del Conde de Orgaz con sus alargadas y fantasmagóricas figuras y por esa misma callejuela en la que se desciende de la venerable iglesia de Santo Tomé, se encontrará una fonda, que no restaurante, donde entre caña y cañas [de cerveza claro está] degustará sabrosas aceitunas que saben a eso: aceitunas. Y no olvide los mazapanes que se disuelven en la boca como si quisieran escurrirse y no lo logran.

Si quiere sorpréndase con el acueducto romano en Segovia, que no es más que el producto de la ignorancia romana de la dinámica de los fluidos, disfrute el vientecillo que baja de los montes, recorra la judería, repase los interiores góticos, y barrocos a la vez, de su fabulosa catedral, camine un poco más hacia el lomerío y recorra el Alcazar lleno de imaginerías, tapices, armas, armaduras y blasones, déle un vistazo a los artesonados, pero no deje ¡jamás! de paladear el cochinillo, pero antes de trincar el infeliz animalillo con tenedor y cuchillo, permita que el aroma de ese exclusivo preparado le penetre hasta lo mas profundo de su entendimiento, que de eso se trata de entender lo perfecto, lo que esta a punto y es por demás suculento.

En Oviedo con ese clima casi londinense, donde la llovizna obliga a paraguas reticentes, pase usted por la catedral y por la plaza adyacente, pero sin mirar para atrás baje a todo dar hasta Gascona, salude rápidamente la estatua de la gitana que allí lo espera y adéntrese en ese mundo inesperado de la sidra. Está usted en el Boulevard de la Sidra donde los camareros escancian la bebida desde la altura máxima de su brazo a un pequeño vaso que casi esconden cerca de sus rodillas, el juego de malabares rompe, como ellos dicen, la sidra y usted debe tomársela de un solo trago, el resto, si es que queda, va al piso lanzada por ese camarero portento de equilibrio que te escancia tu nuevo trago.

No se quede allí, avance más abajo y entre en otra, y otra, y otra, y otra sidrería y probara distintos tonos de la magia de esa sidra natural que nada tiene que ver con la que conocíamos. Y cuando entienda que no es saludable una sidra más pues penetre en los menús que ofertan picadillo de jabalíes y otras delicadezas de ese rústico tono. No deje de probar los frixuelos con una fina azúcar espolvoreada.

Y si usted es un aventurero y sale a buscar lo más autóctono y se olvida de los múltiples monasterios y otros monumentos del medioevo podrá llegar a Cornellana y degustar esa carne macerada con una piedra del río Nalón sobre una mesa de mármol, luego trabajada y finalmente enharinada para después de frita saborearla como un “Pepito”, que en este lugar se anuncia: ‘’Ni en Cornellana, ni en la Habana hay Pepitos como los de la Grana’’.

Tal vez en un afán de montañero usted se adentra en la montuosa geografía asturiana y llega a Campo de Caso, el Campu en astur, y admira el paisaje, recorre el pequeño poblado, penetra en una dulcería que hace un pequeño dulce que tiene que ser el antecesor directo de aquellos polvorones o “torticas de Morón” de mi infancia lo cual me remonta a aquel abuelo que salió de este poblado y jamás regresó. Pueblo antaño de mineros del carbón, anarquistas, y criadores de un ganado que se fomentó en una nueva raza, la vaca casina: ancha de pecho de subir las montañas como si fuese cabra y con largas cornamentas, de su leche se confecciona el queso casín, fuerte y aromático.

Pero desdeñe el paisaje y las bucólicas imágenes, penetre en una de las tantas casas de indianos construidas hace años con dineros salidos de Cuba, ahora convertida en hotel-restaurante, y enfrente una tabla de embutidos, embuchados y jamones hechos artesanalmente, en uno más que en otro, con la montería que se caza por estos lares. Deje sitio para los postres endulzados con una miel ligera y transparente que solo se da en esta zona.

En Sevilla no deje usted de paladear la Manzanilla ese vinillo dorado y seco que se sirve en una pequeña copa abocinada con culo grueso, no se extralimite que hay que mirar a lo alto a la Giralda y comprobar que la giraldilla habanera es una púdica descendiente de esta veleta que corona el reciclado minarete. Pasee un poco por los jardines del Alcazar para refrescar los calores y siéntese a pocos metros de la maravillosa catedral a degustar una paella, que le recordará la versión cubana, y pida un plato de pescado; sorpresas para el paladar: merluzas, lenguados, boquerones, sardinas y otros de los cuales no se su nombre solo que saben a ambrosia para ictiófagos.

Si piensa darse una vuelta por El Escorial levántese temprano, pero no demasiado, y desayune con un chocolate bien caliente y espeso, casi como natilla, acompáñelo con unos churros, o si prefiere pan con mantequilla, pero le recomiendo el pan con aceite, ese aceite de oliva que huele y sabe a olivas

El Escorial con la rigidez, sobriedad y simplicidad del estilo herreriano en su máxima expresión, sumado a la complejidades de los enlaces dinásticos de Habsburgos y Borbones, el riguroso orden de su marmoreos catafalcos y el hecho de que una guía desconozca que los cedros y caobos que forman este descomunal palacio-mausoleo de Felipe II fueron cortados en Cuba; no debe quitarle a usted el apetito para saborear a unos pasos del monasterio de una sepia al vino y ¡maravilla!, disfrutar las torrijas que no se encuentran en otro lugar salvo en Semana Santa, quizás sólo aquí aparecen por peculiar dispensa eclesiástica.

Quizás caso único dos catedrales, en la ciudad de Zaragoza, una de ella la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, patrona de los países hispanoamericanos, la otra la del Salvador, esta última en la Plaza de La Seo que no ofrece solución de continuidad con la Plaza del Pilar, conformando una extendida plaza adornada con múltiples fuentes y escondiendo en su subsuelo las ruinas del foro romano. No se detenga a localizar la bandera cubana entre las múltiples que enmarcan el barroco altar de la Virgen del Pilar, ni ocupe su tiempo en desentrañar los vericuetos de una fuente moderna que representa a Hispanoamérica y que de las islas solo incluye a Cuba.

Haga abstracción de las murallas, teatro y demás restos romanos, no se fije en el Torreón de la Zuda, ni en el Palacio de Aljafería, ni en los tantos ejemplos del mudéjar que encierra la ciudad, deleite su paladar con un plato aragonés: el ternasco acompañado de “papas a lo pobre”, y que no lo engañe el nombre, son riquísimas. No sea pudoroso y sumerja su pan en la olorosa salsa.

Pero en esta única ocasión le digo que no pase por alto que en la Calle Mayor número 13 casi esquina a Virgen vivió José Martí a pocos pasos de la Basílica de la cual oiría a cada hora sus campanadas, imagínese su recorrido hasta la Universidad a unas diez cortas cuadras y trate de adivinar en donde viviría la incógnita mujer a quien quiso. Y así estará usted bien servido.

viernes, 15 de mayo de 2009

Política y virus

Waldo Acebo Meireles

Terminada, o casi terminada, la comprensible reacción que en algunos países estuvo al borde de la histeria, es necesario hacer un breve recuento.

El H1N1 ya era conocido desde por lo menos diciembre de 1985 cuando un joven en una granja en Wiscosin contrajo una gripe, relativamente benigna que lo mantuvo en cama tres días y que no trasmitió a sus familiares. Algunos investigadores relacionan esta variante del virus de la gripe con la pandemia de 1918 que mató a más 100 millones de personas.

La gripe es, en la mayor parte del mundo, una enfermedad estacional, para la cual se utilizan vacunas elaboradas específicamente para las variantes probables que puedan afectar en ese año, es decir que no existe una vacuna que evite todas las variantes posibles del virus de la gripe. Por otra parte millones de personas son afectadas cada año y la mortalidad se produce básicamente en personas mayores, débiles, o niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.

A mediados de marzo se produjo un brote de gripe en México, al mismo tiempo en el sur de California se reportaron dos casos de niños enfermos que el “Centers for Disease Control and Prevention” [CDC], ubicado en Atlanta, Georgia, identificó como infectados por el H1N1. Muestras de sangre de los enfermos mexicanos fueron enviadas a un laboratorio en Winnipeg, Canadá, donde se encontró que eran positivas a esa variante del virus de la gripe. La epidemia fue evolucionando lentamente y empezaron a detectarse casos en otros lugares de EE.UU. y México.

El 29 de abril la OMS, Organización Mundial de la Salud, WHO por sus siglas en inglés, lanzó la alarma al determinarse la existencia de casos en diferentes países, como: Austria (1),
Canada (13), Alemania (3), Israel (2), Nueva Zelandia (3), España (4) y el Reino Unido.

El “Centro de Control y Prevención de Enfermedades” de la Unión Europea coincidió con la OMS en la necesidad de lanzar el alerta, ya que la epidemia podía desatarse rápidamente y convertirse en una pandemia. Por suerte no ha ocurrido así.

México se comportó responsablemente y tomó medidas severas para evitar la difusión del virus, lo cual salvó vidas mexicanas y no solo mexicanas lo cual fue reconocido por la OMS, el mundo entero debe agradecer a México por las medidas tomadas, a pesar de lo que, con ello, afectó a su debilitada economía.

Sin embargo ante esta amenaza de pandemia no todos reaccionaron igual: Castro acusó a México de ocultamiento de la epidemia para no afectar la visita del presidente de los EE.UU.; Argentina, Cuba, China y Singapur de inmediato suspendieron los vuelos hacia, o desde, México; cierta prensa comenzó a elucubrar conspiraciones de los laboratorios para promover la venta de las medicinas que atacan esos virus; otros acusaron directamente al ex- Secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld por sus relación con los laboratorios que producen el Tamiflu, uno de los dos productos farmacéuticos que pueden ser utiles en el tratamiento del H1N1. Hay quienes acusan al gobierno mexicano de suspender la manifestación del 1º de Mayo, porque iba a ser una demostración anti-gubernamental, otros opinan que la cuestión es alejar de los titulares lo referido a la crisis económica, el asunto de las torturas, etc., etc.

En Egipto no solo se procedió a matar toda la población porcina, [los musulmanes no consumen carne de puerco] sino que grupos islamistas declararon que el H1N1 era “una venganza de Alá contra los infieles”.

El ministro de Salud de Indonesia, Siti Supari, acusó directamente a las compañías farmacéuticas y aunque dos días después se retractó sin embargo declaró que las variantes de virus de la gripe que se encuentran en su país son propiedad de Indonesia, estableciendo así el ‘principio’ de soberanía viral.

Indudablemente que vivimos en un mundo loco, loco. Pero esas reacciones son realmente una amenaza para la salud mundial, tanto o más que cualquier epidemia viral.