Waldo Acebo Meireles
El año de Yoani ha sido el 2009, año cargado de incidentes, de acciones, de tensiones, de gratificaciones, y suponemos que de múltiples desvelos para ella. Este fue el año de los seminarios bloguers; de los premios “Time – CNN” y “María Moore Cabot”; de las dos denegaciones de salida del país; del ‘bateo’ en emigración; de la intervención en el perfomance de Tania Bruguera; de la peluca para acceder al seminario de la revista Temas; de la paliza admonitoria; y muy en especial el año en que el presidente de los EE. UU. respondió un cuestionario de la activa y activista bloguer.
No creo que ninguna otra persona en este complejo y diverso mundo del enfrentamiento a las iniquidades de un régimen arcaico y siniestro haya acumulado en este año tantas y tan disímiles galardones, o que haya provocado tan heterogéneas reacciones como es el caso de Yoani y su blog Generación Y. Por otra parte la bloguera ya en más de una ocasión se ha salido del marco del blog y ha actuado no en el mundo virtual, sino en el real, lo cual encierra peligros reales y no precisamente virtuales.
Resulta de interés ver, y leer, las respuestas que a este fenómeno mal y tardíamente entendido han comenzado a aparecer en la blogosfera, y no sólo en ella. Llama la atención como se repiten, utilizando una tecnología actual, moderna, dinámica, los mismos esquemas de rechazo, de desvalorización, de negación, que ha utilizado el régimen durante años y que han caducado por su intolerancia, por su falta de rigor lógico, por sostenerse en el uso de la violencia de los epítetos, o la flagrante mentira.
Entre los ya múltiples denigradores, críticos, denunciadores de Yoani, encontraremos de todo, y como siempre los amenazadores calificativos de mercenaria, agente enemiga, y toda la parafernalia acostumbrada para descalificar a una persona que simplemente no está de acuerdo con la dirección, o el curso, del país. Lo que no encontraremos es un análisis de un post, un desmentido lógico y racional de lo que en ese blog se comenta o una clara denegación, sobre las bases de la realidad, de cada uno de los aspectos que en ese blog aparecen.
Se entiende que esa es una tarea imposible, que como dice el refrán no se puede tapar el sol con un dedo aunque lo tengamos puesto en el teclado de una computadora.
En mi opinión, esta incapacidad para la discusión sin la ofensa o el insulto, la imposibilidad de utilizar argumentos no espurios más tarde o más temprano devendrá en el mitin de repudio, en la agresión física más descarnada, en la acusación más concreta y con consecuencias judiciales. Habrá quien piense que el régimen no es tan torpe como para semejantes acciones, pero todo ello dependerá de que necesiten, por la razón que sea, dar una muestra, innecesaria por cierto, de inmovilismo.
El 2010 de Yoani se mece en los vaivenes de la añeja y aberrada confrontación Cuba-USA.
El año de Yoani ha sido el 2009, año cargado de incidentes, de acciones, de tensiones, de gratificaciones, y suponemos que de múltiples desvelos para ella. Este fue el año de los seminarios bloguers; de los premios “Time – CNN” y “María Moore Cabot”; de las dos denegaciones de salida del país; del ‘bateo’ en emigración; de la intervención en el perfomance de Tania Bruguera; de la peluca para acceder al seminario de la revista Temas; de la paliza admonitoria; y muy en especial el año en que el presidente de los EE. UU. respondió un cuestionario de la activa y activista bloguer.
No creo que ninguna otra persona en este complejo y diverso mundo del enfrentamiento a las iniquidades de un régimen arcaico y siniestro haya acumulado en este año tantas y tan disímiles galardones, o que haya provocado tan heterogéneas reacciones como es el caso de Yoani y su blog Generación Y. Por otra parte la bloguera ya en más de una ocasión se ha salido del marco del blog y ha actuado no en el mundo virtual, sino en el real, lo cual encierra peligros reales y no precisamente virtuales.
Resulta de interés ver, y leer, las respuestas que a este fenómeno mal y tardíamente entendido han comenzado a aparecer en la blogosfera, y no sólo en ella. Llama la atención como se repiten, utilizando una tecnología actual, moderna, dinámica, los mismos esquemas de rechazo, de desvalorización, de negación, que ha utilizado el régimen durante años y que han caducado por su intolerancia, por su falta de rigor lógico, por sostenerse en el uso de la violencia de los epítetos, o la flagrante mentira.
Entre los ya múltiples denigradores, críticos, denunciadores de Yoani, encontraremos de todo, y como siempre los amenazadores calificativos de mercenaria, agente enemiga, y toda la parafernalia acostumbrada para descalificar a una persona que simplemente no está de acuerdo con la dirección, o el curso, del país. Lo que no encontraremos es un análisis de un post, un desmentido lógico y racional de lo que en ese blog se comenta o una clara denegación, sobre las bases de la realidad, de cada uno de los aspectos que en ese blog aparecen.
Se entiende que esa es una tarea imposible, que como dice el refrán no se puede tapar el sol con un dedo aunque lo tengamos puesto en el teclado de una computadora.
En mi opinión, esta incapacidad para la discusión sin la ofensa o el insulto, la imposibilidad de utilizar argumentos no espurios más tarde o más temprano devendrá en el mitin de repudio, en la agresión física más descarnada, en la acusación más concreta y con consecuencias judiciales. Habrá quien piense que el régimen no es tan torpe como para semejantes acciones, pero todo ello dependerá de que necesiten, por la razón que sea, dar una muestra, innecesaria por cierto, de inmovilismo.
El 2010 de Yoani se mece en los vaivenes de la añeja y aberrada confrontación Cuba-USA.
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