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lunes, 13 de abril de 2015

Una encuesta a la sociedad civil.

                                                                                      Waldo Acebo Meireles
                                                                        
En medio del fárrago de noticias que nos llegaban de Panamá los resultados de la encuesta efectuada por Bendixen & Amandi en Cuba ha pasado prácticamente desapercibida y sin embargo requiere de nuestra atención por varias razones; en primer lugar por los resultados que ha arrojado, en segundo porque la muestra fue realmente muy representativa y finalmente por la peculiar metodología utilizada a la cual quizás lo único que le podemos reprochar es el que no muestreó, o por lo menos no lo expone en los resultados, diferenciando los sexos de los encuestados.

Podemos decir que esta encuesta tomada a 1200 personas en 14 localidades de Cuba refleja con mucho rigor la realidad del universo estudiado. Sus resultados pueden ser que no le gusten a ciertos sectores del exilio pero considero que esos resultados tienen su explicación y su lógica. Pongamos por ejemplo la respuesta a la pregunta “¿Cree usted que el embargo de los Estados Unidos hacia Cuba, conocido en Cuba como el bloqueo, debería continuar o no debería continuar?” El 96% respondió: “No debería continuar”

¿Qué otra respuesta se puede esperar de una población que durante más de medio siglo le han dicho por todos los medios posibles que la culpa de todos los males que sufren es por culpa del bloqueo? ¿Tenemos entonces que suponer que ese 96% son tontos de capirote? Las otras respuesta al cuestionario dejan en claro que no.

A la pregunta “En su opinión, ¿qué es lo que más necesita el pueblo de Cuba en este momento?”  El 48% respondió una mejor economía y el 24% una mejor calidad de vida; estos resultados se complementan con las respuestas a la pregunta abierta “¿Por qué no está satisfecho con  el sistema político que hoy existe en Cuba?” Donde los encuestados respondieron:

·         “Porque la economía no levanta y nos vamos quedando sin esperanzas”
·         “Porque una mala economía es señal de una mala política”
·         “Es asfixiante y nada progresista”
·         “Porque llevamos más de cinco décadas acarreando los mismos errores”
·         “Porque llevamos cincuenta años y no vemos nada”
·         “No sirve para un país que necesita desarrollarse”

Una respuesta preocupante, en relación al futuro de Cuba, es la que dieron a la pregunta: “Pensando en su familia, ¿qué es lo que le gustaría lograr en los próximos 5 años?” A la cual el 70% de los encuestados de edades entre 18-49 años respondió “Viajar al extranjero” Es decir que la mayoría de los jóvenes sólo ven la solución en escapar del país, no encuentra otro recurso que la acción personal, para ellos y su familia.

 Otro aspecto interesante de los resultados es el que el 80% los cubanos ven al Presidente de los EE.UU. como algo positivo, mientras que el 50% ve a Fidel Castro como algo negativo y el 48% valora a Raúl Castro de la misma forma. De acuerdo a lo que este último expresó, en la plenaria en la Cumbre de Panamá, él mismo se incluye en los más de 10 millones de cubanos que admiran a Obama. 


lunes, 6 de abril de 2015

¿Qué cambios?

Waldo Acebo Meireles

La revista TIME dedica su portada y su artículo central a Cuba, en su edición del 6 de abril del 2015, dicho artículo está firmado por Karl Vick, este tiene una larga trayectoria en el periodismo y en su última asignación estuvo cuatro años como jefe de la corresponsalía en Jerusalén desde donde escribió cientos de artículos sobre Israel, Palestina y en general sobre el Medio Oriente.

Por tanto Karl Vick es un periodista con una larga experiencia internacional pero falla miserablemente en este su primer intento con Cuba; debemos reconocer que este artículo es el resultado de su primera visita a Cuba, la anterior en 1997 no cuenta ya que fue turística, se fue a Varadero.

El propio título de su trabajo “Cuba on the Cusp” el cual podemos traducir como “Cuba al inicio de un cambio” en realidad no se corresponde con el contenido del mismo, ya que en ningún momento el periodista nos deja ver cuál será ese cambio, más bien deja dicho que las transformaciones en la esfera económica no redundan en cambios en lo político y pone de ejemplo a China y Vietnam. En eso tiene toda la razón.

La visión que nos da de Cuba es lo que pudiéramos decir folclórica, superficial y turística, llena de frases hechas y de opiniones tomadas de entrevistas que se generan aparentemente de manera casual, la única opinión de algún peso es la expresada por  Carmelo Mesa-Lago, con la que podemos estar de acuerdo o no, pero es un criterio autorizado.

Valoraciones como la del bajo índice de analfabetismo o de mortalidad infantil son los elementos tradicionales en la percepción liberal y de izquierda entre los académicos, y no tan académico,  pero con ellos ignoran, o así lo pretenden, las otras realidades de la sociedad cubana que no se alude en lo absoluto en el artículo, quizás la única excepción es cuando menciona que el campesino cubano se ve obligado a vender la mayor parte de su cosecha al estado, a precio inferiores al mercado real.

Quizás su peor momento es cuando dice “The exiles were routed but came to dominate the U.S. view of Cuba for the next half-century, defining Castro’s regime as totalitarian and the Cuban people as victims.” Como si el régimen no fuese totalitario y el pueblo no fuese la víctima.

Su superficialidad lo lleva en varios momentos a la “nostalgia futura”, de cómo cambiará Cuba cuando los McDonald se hagan presentes en el escenario de una ciudad en ruinas, realidad que no menciona en ningún momento, ni se refleja en la mayor parte de las fotos que acompañan el artículo. Esperemos que él supere la ignorancia de la Secretaria de Asuntos para el Hemisferio Occidental la Sra. Roberta S. Jacobson, cuando en la audiencia frente al Senado fue incapaz de reconocer quién era el Gral. Luis Alberto Rodríguez López-Callejas y sus funciones dentro de la monarquía tropical.


Démosle un voto de confianza al periodista que navegó en las turbulentas aguas del Medio Oriente y de la relaciones de Israel con sus vecinos, aunque en realidad los judíos no simpatizaban mucho con él, y esperemos que en las más tranquilas aguas caribeñas pueda navegar a mayor profundidad y con igual o mayor pericia.