Waldo Acebo Meireles
En los últimos tiempos han aparecido alusiones a la NEP, la “nueva política económica” aplicada en Rusia por Lenin en 1921, tratando de establecer una comparación con las ‘reformas’ emprendidas por Raúl Castro en Cuba. Las comparaciones de fenómenos históricos alejados en el tiempo y en diferente contexto son sumamente riesgosas, y en este caso particular es realmente ilusoria.
Lo primero que debemos notar es que las ‘reformas’ hasta el momento se han limitado a lo que al parecer se ha convertido en un proceso extremadamente laborioso, complejo, y delicado, es decir burocrático, de redistribuir las tierras ociosas; esto de ‘tierras ociosas’ es una forma de obliterar la realidad, ya que lo que han estado ociosos son los que tenían la responsabilidad de hacerlas productivas.
Desde aquí el intento de comparación fracasa, ya que la NEP no solo tuvo una manifestación en la agricultura, la más importante y determinante, sino también en las esferas del comercio y la industria.
En la agricultura la NEP eliminó el método coactivo de ‘contingentación’ [prodrazverstka], aplicado durante el llamado ‘comunismo de guerra’ y estableció el impuesto en especie único y fijo [prodnalog], medida esta que en nada se parece a la que se intenta aplicar en Cuba. Pero las diferencias no se limitan a esto; en Rusia el ‘comunismo de guerra’ no había dado resultados, las requisas obligatoria de alimentos a los mujiks y kulaks [campesinos pobres y medios] no solo había alienado el entusiasmo de los campesinos por la Revolución de Octubre, sino que lo que había provocado es que esos campesinos escondieran los alimentos producidos, aumentado el estado de hambruna en la ciudades y a la utilización de la violencia para tratar de obtener esos excedentes agrícolas.
La aplicación de la NEP en el campo permitió que el campesino tuviese interés en aumentar la producción ya que el excedente que lograse, luego de separar el consumo familiar y pagar el impuesto fijo, no le sería arrebatado sino que lo podría comerciar libremente.
Aquí vemos una diferencia básica, pero hay otra más también de fondo; y es que en Rusia la clase campesina había sido vapuleada, amedrentada y esquilmada pero seguía existiendo como tal, y era por demás mayoritaria en la población. No es ese el caso de Cuba en que los campesinos también han sido vapuleados, amedrentados y esquilmados, aún más, han sido aplastados como clase y representan una fracción minoritaria de la población.
Por otra parte los mujiks y kulaks rusos trabajaban una tierra que tenían en propiedad, mientras que los aspirantes a campesinos en Cuba solo tendrán una posesión limitada en el tiempo y probablemente en el uso, por lo cual una inversión de capitales en bienhechurías y mejoras sería una opción económica en extremo arriesgada, difícil de tomar.
La NEP le permitió a Rusia salir de la situación económica en que había quedado después de la I Guerra Mundial y la cruenta guerra civil; rescató y aceleró la producción industrial, revitalizó el comercio y produjo excedentes agrícolas suficientes para servir de base al comercio y la industria y eliminar la hambruna en las ciudades.
Finalmente la NEP fue aplicada prácticamente en los inicios de un proceso económico y social que en esos momentos aparecía como una alternativa, un fenómeno en su juventud. Las ‘reformas’ en Cuba se aplican a un proceso envejecido que ha dado todo de si, tanto nacional como internacionalmente.
Es en extremo dudoso que las ‘reformas’ de Raúl tengan un resultado similar a la NEP, el ‘mercuro-cromo’ se está acabando, no queda para mucho más, salvo extender la agonía de un sistema inviable, en estado comatoso.
En los últimos tiempos han aparecido alusiones a la NEP, la “nueva política económica” aplicada en Rusia por Lenin en 1921, tratando de establecer una comparación con las ‘reformas’ emprendidas por Raúl Castro en Cuba. Las comparaciones de fenómenos históricos alejados en el tiempo y en diferente contexto son sumamente riesgosas, y en este caso particular es realmente ilusoria.
Lo primero que debemos notar es que las ‘reformas’ hasta el momento se han limitado a lo que al parecer se ha convertido en un proceso extremadamente laborioso, complejo, y delicado, es decir burocrático, de redistribuir las tierras ociosas; esto de ‘tierras ociosas’ es una forma de obliterar la realidad, ya que lo que han estado ociosos son los que tenían la responsabilidad de hacerlas productivas.
Desde aquí el intento de comparación fracasa, ya que la NEP no solo tuvo una manifestación en la agricultura, la más importante y determinante, sino también en las esferas del comercio y la industria.
En la agricultura la NEP eliminó el método coactivo de ‘contingentación’ [prodrazverstka], aplicado durante el llamado ‘comunismo de guerra’ y estableció el impuesto en especie único y fijo [prodnalog], medida esta que en nada se parece a la que se intenta aplicar en Cuba. Pero las diferencias no se limitan a esto; en Rusia el ‘comunismo de guerra’ no había dado resultados, las requisas obligatoria de alimentos a los mujiks y kulaks [campesinos pobres y medios] no solo había alienado el entusiasmo de los campesinos por la Revolución de Octubre, sino que lo que había provocado es que esos campesinos escondieran los alimentos producidos, aumentado el estado de hambruna en la ciudades y a la utilización de la violencia para tratar de obtener esos excedentes agrícolas.
La aplicación de la NEP en el campo permitió que el campesino tuviese interés en aumentar la producción ya que el excedente que lograse, luego de separar el consumo familiar y pagar el impuesto fijo, no le sería arrebatado sino que lo podría comerciar libremente.
Aquí vemos una diferencia básica, pero hay otra más también de fondo; y es que en Rusia la clase campesina había sido vapuleada, amedrentada y esquilmada pero seguía existiendo como tal, y era por demás mayoritaria en la población. No es ese el caso de Cuba en que los campesinos también han sido vapuleados, amedrentados y esquilmados, aún más, han sido aplastados como clase y representan una fracción minoritaria de la población.
Por otra parte los mujiks y kulaks rusos trabajaban una tierra que tenían en propiedad, mientras que los aspirantes a campesinos en Cuba solo tendrán una posesión limitada en el tiempo y probablemente en el uso, por lo cual una inversión de capitales en bienhechurías y mejoras sería una opción económica en extremo arriesgada, difícil de tomar.
La NEP le permitió a Rusia salir de la situación económica en que había quedado después de la I Guerra Mundial y la cruenta guerra civil; rescató y aceleró la producción industrial, revitalizó el comercio y produjo excedentes agrícolas suficientes para servir de base al comercio y la industria y eliminar la hambruna en las ciudades.
Finalmente la NEP fue aplicada prácticamente en los inicios de un proceso económico y social que en esos momentos aparecía como una alternativa, un fenómeno en su juventud. Las ‘reformas’ en Cuba se aplican a un proceso envejecido que ha dado todo de si, tanto nacional como internacionalmente.
Es en extremo dudoso que las ‘reformas’ de Raúl tengan un resultado similar a la NEP, el ‘mercuro-cromo’ se está acabando, no queda para mucho más, salvo extender la agonía de un sistema inviable, en estado comatoso.
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