[publicado originalmente en E. Ichikawa]
Waldo Acebo Meireles.
Todo parece indicar que el artículo de Forbes acerca de las 10 ciudades más aburridas ha causado revuelo en Hialeah, colocada por el autor (Joshua Zumbrun) entre esas aburridas ciudades, sobre la base de una metodología que nada tiene de metodología y sí de bobería.
Waldo Acebo Meireles.
Todo parece indicar que el artículo de Forbes acerca de las 10 ciudades más aburridas ha causado revuelo en Hialeah, colocada por el autor (Joshua Zumbrun) entre esas aburridas ciudades, sobre la base de una metodología que nada tiene de metodología y sí de bobería.
Hasta el momento el artículo ha recibido 38 comentarios (ver link a "Forbes") y todos desfavorables al mismo, llama la atención que una tercera parte de esos comentarios están enmarcados en la defensa de Hialeah, en segundo lugar está Chula-Vista con 6 comentarios de defensa y en tercero Chandler con 5 decididos y entusiastas defensores.
Uno de los que suponemos “jayalense” vira la tortilla y coloca a "Forbes" entre las diez revistas más aburridas, otro establece con diáfana claridad: A Hialeah se le quiere o se le odia. Estamos de acuerdo, yo estoy entre los que la quieren.
Hialeah surgió a finales de los años 10 del siglo pasado, para 1925 ya se había constituido en ciudad con alcalde elegido popularmente. Para esos años ya poseía el Hipódromo considerado el más bello del mundo, además de un cinódromo, cancha de Jai-alai, los primeros y que yo sepa únicos estudios cinematográficos del estado de la Florida, decenas de hoteles, bares y demás centros de diversión. Nada aburrido por cierto.
Durante la “ley seca” en Hialeah se producía, según doctas opiniones, el mejor "moonshine" de todo los EE.UU., se dice que Al Capone paladeaba el mismo en sus visitas a la "aburrida" ciudad.
Con estos antecedentes, para no seguir contando, era imposible que Hialeah fuera una ciudad aburrida, nunca lo fue ni aún en los peores momentos de la crisis económica de los 30s.
Esta ciudad se mantiene viva, como una ciudad de múltiples diálogos, como dijera hace varias décadas su mejor poeta. Hialeah con ese lema que nos recuerda al Marianao de Orue, no es la ciudad de “agua, fango y factorías”, ni es una ciudad aburrida, en realidad es una ciudad que progresa, acogiendo no solo a cubanos sino a latinos de toda la América, y una población creciente de ciudadanos del medio oriente. Pues sí, Hialeah es una ciudad de múltiples diálogos con su 98% de latinos, donde se puede tomar uno un guarapo, o un cafecito en cualquier esquina y que una joven dependiente te diga: "Mi chino quieres más". Nada aburrido por cierto.
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