Waldo Acebo Meireles
Guanabacoa puede blasonarse de haber sido cuna de músicos tan distinguidos como Ernesto Lecuona, Ignacio Villa [Bola de Nieve] y José Echániz quien nació en esa ciudad el 4 de junio de 1905; todos ellos con una fuerte raigambre en nuestra nacionalidad.
En 1922 con solo 17 años realizó su primera presentación en los EE.UU., en el Carnegie Hall, dicho debut con obras de Edward MacDowell, Frederic Chopin, Claude Debussy, Isaac Albéniz y Eduardo Sánchez de Fuentes [‘Guajira y Canción’, y ‘Danza’[1]] nos deja entrever, ya desde sus inicios como concertista, una determinada dirección en la confección de su repertorio, brindándole atención a compositores cubanos, españoles y de Latinoamérica, lo cual se reflejará, con posterioridad, en su breve, pero sustancial producción discográfica.
A partir de ese año comienza una larga carrera enmarcada en su labor de concertista; como pianista acompañante de cantantes como Tito Schipa; director de orquesta y como maestro, labor esta última que sin lugar a dudas le restó tiempo para el desarrollo de su actividad de concertista. A pesar de ellos realizó conciertos en Europa, EE. UU., y Cuba como solista y con orquestas conducidas por directores tan afamados como: Vladimir Golschmann, Sir Eugene Goosens, Dmitri Mitropoulos, Howard Hanson, Erick Leinsdorf, Massimo Preccia, Gonzalo Roig y José Iturbi, entre otros.
En 1944 integra el claustro de profesores de la "Eastman School of Music" que está considerada entre los tres primeros conservatorios de los EE.UU. Su labor magisterial con una fuerte disciplina interpretativa y un sólido conocimiento de los clásicos incluía entre otras la interpretación del ‘Clave bien temperado’de Johann S. Bach, los 27 concierto para piano de Mozart. Su labor en ese centro docente incluyó la creación del ‘Lake Placid Chamber Music Festival’ y del ‘Lake Placid Trio’.
Su discografía comienza de una forma no realmente discográfica: Son sus grabaciones de rollos de pianolas [pianos mecánicos] que realizó a inicios de los años 20, para la compañía Ampico, en esos momentos las grabaciones acústicas no eran muy apropiadas para la sonoridad del piano. Para ese medio grabó una ‘Rapsodia cubana’ sobre la base de temas de Ignacio Cervantes los cuales Echániz arregló. Esa misma pieza fue en 1926 grabada[2] para la Columbia en el disco 142-M de 78 rpm, para esa misma compañía grabó varios más entre ellos Tango de Albéniz; Minuet de Bizet; Habanera y La Bella Cubana de José White; ¡Viva Navarra![3]de Joaquín Larregla en un arreglo de Echániz y varias acompañando al tenor Tito Schipa.
En los años 60’ realizó varias grabaciones para Musical Heritage Society, entre ellas se destaca una grabación de música de Lizt que fue realizada en una sola toma lo cual no era, ni es, lo común. En 1973 participó en la grabación de la Sonata para viola y piano op. 11 # 4 de Hindemith para el sello Concert Hall. Pero lo más importante y significativo de su discografía se encuentra en las múltiples realizadas para el sello Westminster entre 1953 y 1958. Fueron 10 LP que recojen mucho de lo mejor de la música pianística de España, Cuba y Latinoamérica. Entre los compositores interpretados por él se encuentran: Albéniz, Francisco Mignone, Alejandro García Caturla, Gisela Hernández, Carlos Chávez, Falla, Granados, Camargo Guarnieri, Lecuona, Mompou, Heitor Villa-Lobos. Destaquemos que las ‘Danzas Españolas’, completas, de Granados; así como el ‘Prole do Bebe’ de Villa-Lobos fueron primeras grabaciones mundiales.[4]
Quisiera detenerme en la grabación de la música de Lecuona. Este es el Westminster WL 5343 que en los años 70 se reeditó con el serial XWN 18435 y una carátula diferente, por cierto pésima. En mi criterio es una de las mejores interpretaciones de la música de Lecuona y probablemente la primera grabación de la Suite Española Andalucía. Este LP consta de tres partes la Suite ya citada, con cinco piezas; Danzas cubanas con seis y Danzas Afrocubanas también con seis.
Sin lugar a dudas Thomas Tirino realizó un valioso esfuerzo al compilar las obras de Lecuona en cinco CDs, con incluso algunos estrenos mundiales, pero, en mi criterio el ‘rubato’[5], tan utilizado por Lecuona, es en sus interpretaciones poco adecuado, sin contar con la falta de la necesaria intensidad rítmica que requieren las obras de Lecuona. En esto de las interpretaciones hay un amplio factor subjetivo, pero en mi criterio el mejor intérprete actual de Lecuona es el cubano Huberal Herrera que realizó una versión no tan amplia de las obras de Lecuona en tres CDs[6], que abarca lo principal de la obra pianística de Ernesto Lecuona.
El 4 de noviembre de 1969 la "Eastman School of Music" brindó un banquete homenaje a Echániz, con doscientos invitados, por sus 25 aniversarios en el conservatorio y los logros alcanzados. Dos meses antes él había celebrado el 40 aniversario de su boda con Dulce quien estuvo con él hasta que el cáncer lo derrotó, su muerte ocurrió el 30 de diciembre de ese mismo año, en Pittsford, NY.
Su último concierto en Cuba fue en el Auditórium en 1958, jamás regresó.
[1] Lo más probable es que en esa ocasión las obras de Sánchez de Fuentes fuesen interpretadas por primera vez en los EE.UU.
[2] Ya en esta grabación fue utilizada la grabación eléctrica que recién comenzaba.
[3] Esa pieza puede ser escuchada siguiendo este link
[4] Ninguna de estas grabaciones desgraciadamente han sido transferidas a formato CD y esos LP son de díficil, si no imposible, obtención. La Naxos Classic Archive ofrece dos de estas grabaciones en formato digital [mp3] pero no pueden ser obtenidas desde territorio norteamericano debido a restricciones legales.
[5] El ‘rubato’ es en cierta forma una licencia interpretativa que le permite al solista alargar o acortar una nota con lo cual se produce una modificación del tiempo.
[6] Pueden ser adquiridos en Rhapsody.com o en emusic.com, en formato mp3.
Sobre los ejemplos musicales:
‘En tres por cuatro’ de Ernesto Lecuona, a pesar de lo que su nombre indica no es propiamente un vals, es un tema profundo, serio, cargado de dramatismo, que ofrece un contraste dentro de la obra pianística de Lecuona.
‘Danza lucumí’, también de Ernesto Lecuona, sus incursiones en los ‘toques’ en su natal Guanabacoa debe haber inspirado esta obra que presenta una estructura muy similar a ‘La Comparsa’, pero integra algunos elementos que nos recuerdan a Ignacio Cervantes.
Gisela Hernández, murió en 1971 sin recibir el reconocimiento que en vida merecía, posiblemente debido a sus preferencias sexuales. No conozco más que cinco obras suyas grabadas, la que aquí ofrecemos es una de ellas. Su tema es bien conocido, pero sobre el mismo ella realiza una serie de variaciones y desarrollos de sumo interés y dificultad.
Estoy completamente seguro de que esta fue la primera grabación de la ‘Berceuse campesina’, de Alejandro García Caturla, presten atención al tema bucólico sin caer en una copia de una tonada campesina sino como una recreación en forma de ‘canción de cuna’, ‘lullaby’, o ‘berceuse’.
Muy buenos datos sobre Jose Echaniz.Muchas gracias.
ResponderEliminarTengo entendido que hay dos Jose Echaniz pianista padre y hijo.
Si alguien me puede ayudar.
Roberto Garcia