Waldo Acebo Meireles
Las esperanzas perdidas de los cubanos de ser el ombligo del mundo, ahora
no logran ni ser el ombligo de los EE.UU.,
con una referencia al asunto cubano de solo unos dos minutos de los
cuales dedicó su parte final a una críptica
cita del Papa y a darle la bienvenida a Alan Gross, al cual parece no le ha
llegado aún el cheque con los dos millones prometidos, ya que sigue escaso de
dientes.
Es de esperar que ni tirios ni troyanos en este multifacético exilio/inmigración
quedasen satisfechos con la parquedad de la referencia a Cuba por el
Presidente. El enfurruñamiento de Ileana
Ros-Lethinen, tomada por un avispado cameraman en los momentos en que Obama
abordaba el asunto cubano, es el
preludio de una perreta de proporciones cubanas.
¿Dijo algo nuevo en relación a su breve discurso cuando anunció el
restablecimiento de las relaciones con Cuba? Sí y no. Volvió a referirse a los
50 años de una política que no dio resultado alguno y la necesidad de hacer
algo nuevo; insistió en el aspecto de
las relaciones internacionales en el hemisferio, menciona que se elimina una falsa excusa para restricciones
en Cuba como un elemento nuevo para de inmediato señalar que “Este año, el
Congreso debería comenzar la labor de poner fin al bloqueo.”
Y ahí está el núcleo duro de su intervención con relación a Cuba, tengamos
en cuenta que a la mañana siguiente en un vetusto hotel habanero comenzarían
las conversaciones oficiales entre EE.UU. y Cuba, y el tema del embargo/bloqueo
serían necesariamente el tema central.
Obama con premeditación establece a priori la postura de su gobierno:
terminar [con el dificultoso beneplácito del Congreso] con el embargo.
Tema central, de mayor importancia táctica y estratégica, que el
restablecimiento de las relaciones es este del cese del embargo, este es el
tema definitorio el que divide con mayor profundidad y persistencia no solo a
los de aquí y a los da allá, sino a todos estemos en donde estemos y por otra
parte es a la larga el tema que en realidad le puede interesar, o no, a los ciudadanos norteamericanos, en
particular a los productores de papa, soya, arroz, pollos y otros productos. Es la economía.
En definitiva el discurso de Obama concretó el asunto principal y definió
lo que será en los tiempos venideros el verdadero motivo de la desunión, esos
pequeños pasos al cual se refirió el Papa que aquí se brincan con un salto
malabárico: el cese del embargo, después de esto no va a quedar mucho, si algo,
que negociar.
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