Fácil de entender
por lo jugadores de dominó de la Calle 8 o los tomadores de buchitos de café
del Versalles en las conversaciones para el restablecimiento de las relaciones
entre Cuba y EE. UU. se trancó el dominó.
La parte cubana
empezó desde el inicio botando las ‘gordas’ y cuando tiro el doble nueve del bloqueo/embargo
trancó el dominó quedándose bajito, mientras tanto los ‘sapos’ de la disidencia
[sin falta de respeto] opinaban de variadas formas sobre las diferentes jugadas
de los contrincantes.
Pero en realidad ¿esto
fue un torneo real o nada más que un juego de exhibición?, para mi todas las
fichas ya estaban jugadas en las largas conversaciones preliminares que
condujeron al supuesto torneo, nada nuevo se dijo, que no se hubiese dicho con
anterioridad, y si no repasemos los discursos de aceptación del torneo.
Obama dijo
claramente, y esa era la ficha más dura a jugar por EE. UU.:
“hacemos un llamamiento a Cuba para que desencadene el
potencial de 11 millones de cubanos poniendo punto final a las innecesarias
restricciones impuestas en sus actividades políticas, sociales y económicas”
Mientras que Castro
respondía:
“sostener con el gobierno de los Estados Unidos un
diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana, para tratar los más
diversos temas de forma recíproca, sin menoscabo a la independencia nacional y
la autodeterminación de nuestro pueblo… sin renunciar a uno solo de nuestros
principios.”
Qué se podía
esperar por tanto, a pesar de las sendas declaraciones de que las discusiones
se realizaron con un espíritu constructivo y otras generalidades habituales
entre contrincantes acérrimos. En realidad de este juego de exhibición nada
real se podía esperar, las fichas ya estaban marcadas y las que no se jugaron, las
que se quedaron en las esquinas dormidas, eran en realidad las que les
corresponden al pueblo cubano y son las que tienen el ‘gane’.
Aunque ese partido
terminó y el pueblo de Cuba sólo se enteró de una parte de las jugadas, las que
con la forma triunfalista habitual se publicaron en el ‘Granma’, de seguro que
otros conciliábulos a la sombra se van desarrollando, sin tanto aparatosidad,
pero con resultados más concretos, sino para qué restablecer relaciones, solo
para ejercicios de esgrima verbal, no creo.
Los EE.UU. tienen
intereses reales en cuanto a Cuba que no se limitan a mantener un país estable
a 90 millas de sus costas, y Cuba necesita en estos momentos en que se avecina
la tormenta del caos venezolano un alivio a su crisis permanente e insoluble.
Así que el dominó
en realidad no se trancó, solo se aplazó el torneo para dejar al público en la
expectativa del próximo partido.
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