Waldo Acebo Meireles
Los flamencos sin ser el ave oficial del Estado de la Florida, la oficial es el sinsonte, es sin embargo en la imaginación popular, una especie de icono de la Florida. Los vemos representados en múltiples souvenirs, en diversas imágenes que simbolizan el territorio. Incluso en muchos jardines vemos estas aves modeladas en plástico, un tanto ‘kitsch’, pero para gustos…
Lo simpático del asunto es que los flamencos no son originarios de la Florida, ni se han reproducido con facilidad en este territorio. Los primeros 50 fueron introducidos por James H. Bright, uno de los fundadores de Hialeah, que consideró que esas magnificas aves tendrían un excelente marco en el Hialeah Race Track que él había construido.
Esas primeras aves fueron importadas de Cuba, al igual que las palmas reales que adornan el sitio. Llegaron, revisaron el estanque que se les había construido en el centro del circuito de la pista de carrera, miraron hacia las graderías construidas en un pomposo estilo mediterráneo, estiraron las alas, despegaron y hasta Cuba no pararon.
Las relaciones de Bright con Cuba al parecer se remontan a cuando decidió introducir la hierba paraná, originaria de África pero que se daba muy bien en Cuba, era ideal para los inundados terrenos que había adquirido en la futura Hialeah con el propósito de criar ganado lechero. Esa hierba, conocida aquí como ‘paragrass’, deja actualmente millones de dólares en perdidas ya que bloquea canales, drenajes, etc., es considerada una planta invasora. No siempre las cosas salen del todo bien.
Bright no era hombre que se amilanase ante los problemas, ya había reconstruido la gradería del hipódromo arrasada por el ciclón del 26, así que esos pájaros no le iban a ganar la partida tan fácilmente. Mandó a traer cien más y comisionó a un hombre la tarea de mantenerles las alas cortadas, y se sentó, es un decir, a esperar que los flamencos se olvidaran de Cuba y se decidiesen a procrear y a establecerse de manera permanente.
Tuvo que esperar cinco años a que el primer huevo fuese empollado, el 6 de julio de 1937 nació el primer pichón de flamenco, no sobrevivió más de tres meses. Dos años después nacieron 32, y estos mayoritariamente sobrevivieron, hoy la población de flamenco ronda los 300 y cuestan unos mil dólares semanales su mantenimiento y peculiar alimentación: mariscos, que serán flamencos pero no bobos.
Los flamencos sin ser el ave oficial del Estado de la Florida, la oficial es el sinsonte, es sin embargo en la imaginación popular, una especie de icono de la Florida. Los vemos representados en múltiples souvenirs, en diversas imágenes que simbolizan el territorio. Incluso en muchos jardines vemos estas aves modeladas en plástico, un tanto ‘kitsch’, pero para gustos…
Lo simpático del asunto es que los flamencos no son originarios de la Florida, ni se han reproducido con facilidad en este territorio. Los primeros 50 fueron introducidos por James H. Bright, uno de los fundadores de Hialeah, que consideró que esas magnificas aves tendrían un excelente marco en el Hialeah Race Track que él había construido.
Esas primeras aves fueron importadas de Cuba, al igual que las palmas reales que adornan el sitio. Llegaron, revisaron el estanque que se les había construido en el centro del circuito de la pista de carrera, miraron hacia las graderías construidas en un pomposo estilo mediterráneo, estiraron las alas, despegaron y hasta Cuba no pararon.
Las relaciones de Bright con Cuba al parecer se remontan a cuando decidió introducir la hierba paraná, originaria de África pero que se daba muy bien en Cuba, era ideal para los inundados terrenos que había adquirido en la futura Hialeah con el propósito de criar ganado lechero. Esa hierba, conocida aquí como ‘paragrass’, deja actualmente millones de dólares en perdidas ya que bloquea canales, drenajes, etc., es considerada una planta invasora. No siempre las cosas salen del todo bien.
Bright no era hombre que se amilanase ante los problemas, ya había reconstruido la gradería del hipódromo arrasada por el ciclón del 26, así que esos pájaros no le iban a ganar la partida tan fácilmente. Mandó a traer cien más y comisionó a un hombre la tarea de mantenerles las alas cortadas, y se sentó, es un decir, a esperar que los flamencos se olvidaran de Cuba y se decidiesen a procrear y a establecerse de manera permanente.
Tuvo que esperar cinco años a que el primer huevo fuese empollado, el 6 de julio de 1937 nació el primer pichón de flamenco, no sobrevivió más de tres meses. Dos años después nacieron 32, y estos mayoritariamente sobrevivieron, hoy la población de flamenco ronda los 300 y cuestan unos mil dólares semanales su mantenimiento y peculiar alimentación: mariscos, que serán flamencos pero no bobos.
Que lindo que haya blogs asi!!!
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