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Hialeah, Florida, United States

lunes, 10 de agosto de 2009

NEP o no NEP

Waldo Acebo Meireles

En los últimos tiempos han aparecido alusiones a la NEP, la “nueva política económica” aplicada en Rusia por Lenin en 1921, tratando de establecer una comparación con las ‘reformas’ emprendidas por Raúl Castro en Cuba. Las comparaciones de fenómenos históricos alejados en el tiempo y en diferente contexto son sumamente riesgosas, y en este caso particular es realmente ilusoria.

Lo primero que debemos notar es que las ‘reformas’ hasta el momento se han limitado a lo que al parecer se ha convertido en un proceso extremadamente laborioso, complejo, y delicado, es decir burocrático, de redistribuir las tierras ociosas; esto de ‘tierras ociosas’ es una forma de obliterar la realidad, ya que lo que han estado ociosos son los que tenían la responsabilidad de hacerlas productivas.

Desde aquí el intento de comparación fracasa, ya que la NEP no solo tuvo una manifestación en la agricultura, la más importante y determinante, sino también en las esferas del comercio y la industria.

En la agricultura la NEP eliminó el método coactivo de ‘contingentación’ [prodrazverstka], aplicado durante el llamado ‘comunismo de guerra’ y estableció el impuesto en especie único y fijo [prodnalog], medida esta que en nada se parece a la que se intenta aplicar en Cuba. Pero las diferencias no se limitan a esto; en Rusia el ‘comunismo de guerra’ no había dado resultados, las requisas obligatoria de alimentos a los mujiks y kulaks [campesinos pobres y medios] no solo había alienado el entusiasmo de los campesinos por la Revolución de Octubre, sino que lo que había provocado es que esos campesinos escondieran los alimentos producidos, aumentado el estado de hambruna en la ciudades y a la utilización de la violencia para tratar de obtener esos excedentes agrícolas.

La aplicación de la NEP en el campo permitió que el campesino tuviese interés en aumentar la producción ya que el excedente que lograse, luego de separar el consumo familiar y pagar el impuesto fijo, no le sería arrebatado sino que lo podría comerciar libremente.

Aquí vemos una diferencia básica, pero hay otra más también de fondo; y es que en Rusia la clase campesina había sido vapuleada, amedrentada y esquilmada pero seguía existiendo como tal, y era por demás mayoritaria en la población. No es ese el caso de Cuba en que los campesinos también han sido vapuleados, amedrentados y esquilmados, aún más, han sido aplastados como clase y representan una fracción minoritaria de la población.

Por otra parte los mujiks y kulaks rusos trabajaban una tierra que tenían en propiedad, mientras que los aspirantes a campesinos en Cuba solo tendrán una posesión limitada en el tiempo y probablemente en el uso, por lo cual una inversión de capitales en bienhechurías y mejoras sería una opción económica en extremo arriesgada, difícil de tomar.

La NEP le permitió a Rusia salir de la situación económica en que había quedado después de la I Guerra Mundial y la cruenta guerra civil; rescató y aceleró la producción industrial, revitalizó el comercio y produjo excedentes agrícolas suficientes para servir de base al comercio y la industria y eliminar la hambruna en las ciudades.

Finalmente la NEP fue aplicada prácticamente en los inicios de un proceso económico y social que en esos momentos aparecía como una alternativa, un fenómeno en su juventud. Las ‘reformas’ en Cuba se aplican a un proceso envejecido que ha dado todo de si, tanto nacional como internacionalmente.

Es en extremo dudoso que las ‘reformas’ de Raúl tengan un resultado similar a la NEP, el ‘mercuro-cromo’ se está acabando, no queda para mucho más, salvo extender la agonía de un sistema inviable, en estado comatoso.

Greguerías de Hialeah [V]


Waldo Acebo Meireles

Hialeah tuvo uno de los primeros aeropuertos en los EE.UU., Glenn Curtiss, que fue uno de los pioneros de la aviación, concibió inicialmente construir el campo de aviación al oeste del Race Track pero al parecer la rápida venta de los terrenos en esa zona lo llevó, como buen hombre de negocio que era, a ejecutar sus planes al noreste, prácticamente en los límites de lo que posteriormente fue la ciudad de Hialeah.

Para mediados de la década del 10 el campo aéreo estaba en pleno funcionamiento con la escuela de aviación que Curtiss creó, por ella pasaron centenares de hombres que luego fueron a pelear a Europa, durante la I Guerra Mundial, piloteando los endebles aviones de la época.

Ese primer aeropuerto se conocía con el nombre de “Glenn Curtiss Field” y se encontraba ubicado en un extenso terreno que en nuestros días está bordeado al oeste por la 8 Avenida del East [Le Jeune Road], al sur por la 52 Street y al norte por la 65 Street. En la actualidad ahí se encuentra el Departamento de Policía de la Ciudad de Hialeah, que ocupa la porción sur, al norte se encuentra las amplias instalaciones de la UPS.

El aeropuerto funcionó para el tráfico de pasajeros que visitaban Miami, escuela de aviación y para el correo aéreo. En 1928 Curtiss donó el aeropuerto a la ciudad de Miami, y comenzó a llamarse “Miami Municipal Airport”, en octubre de 1947 pasó a llamarse “Amelia Earhart Field” en memoria de la famosa aviadora que salió de este aeropuerto, el 26 octubre de 1937, a darle la vuelta al mundo, desapareciendo casi al final de su travesía en aguas del Océano Pacífico.

Durante la II Guerra Mundial el aeropuerto fue utilizado para cumplir misiones miltares, llamándosele “South Field #2” y “Navy Municipal”.

Para mediados de la década del 50 ya se había construido el actual aeropuerto de Miami y el de Hialeah perdió sus funciones; sus pistas fueron utilizadas para carreras de auto hasta mediados de los 60, por esos años fue demolido y posteriormente en ese espacio se construyeron las instalaciones y edificios que ya mencionamos.

Nada queda que recuerde ese primer aeropuerto, ni una tarja, obelisco o placa conmemorativa, y bien que lo merecería.

sábado, 1 de agosto de 2009

Greguerías de Hialeah [IV]

Waldo Acebo Meireles.

Los vendedores ambulantes en Hialeah recorren una amplia gama de mercancías e incluso servicios. Esta institución económica se ha ido extendiendo al resto del Condado, pero sus inicios sin lugar a dudas están por acá. El vendedor ambulante requiere una contrapartida: el comprador, el marchante, sedentario, los cuales abundan en los complejos habitacionales de esta ciudad.

El más conspicuo vendedor ambulante es aquel que adorna su pequeño camión con plátanos, maduros y verdes, vianda o de fruta; malangas, boniatos, mangos, amarillas calabazas, coles y una extensa variedad de otras verduras, hortalizas, legumbres y frutas. Este es un lejano heredero de aquel que alquilando por unas monedas una carretilla la surtía en la Plaza de Cristina, el Mercado Único, y salía llevando sus mercancías hasta los más alejados barrios habaneros.

Igual que los anteriores los camioncitos de helados que recorren las barriadas ‘jayalenses’ son descendientes directos de aquellos que usando tracción animal, su propia fuerza, o en el mejor de los casos una motoneta Cushman adaptada para aquellos menesteres iban moviendo sus campanillas para llamar a los infantiles consumidores. Más modernos equipamientos permiten a estos heladeros generar una musiquilla a veces exasperante, sobre todo para los padres.

Pero el que más atención me ha despertado es el amolador de tijeras, esta antiquísima profesión, este oficio con raíces en el medioevo que tiende a desaparecer por el propio desarrollo tecnológico que se ha encarnizado en contra de esos otrora prestigiosos artesanos de filos, contrafilos y punta. Ha pasado la época en que barberos y costureras se preciaban de unas tijeras Solingen, que podían pasar de una generación a otra; los cuchillos de filo permanente al láser, o los de filos aserrados, o los de aceros de alta dureza que requieren, cuando lo requieren, maquinas especiales para el afilado como si fuesen brocas o cuchillas de tornos al diamante, van haciendo fenecer este oficio.

Sin embargo aún en Hialeah perdura uno, quizás el ultimo por acá de esta honorable estirpe. En Cuba el oficio estaba en manos de gallegos industriosos, que con aquellos complejos aparatos mezcla de monociclos y taburete iban por las calles con su ‘flauta de pan’, me refiero al instrumento musical, anunciando sus servicios. Este remanente de por acá utiliza el mismo reclamo pero grabado y amplificado, que hay que adaptarse de alguna forma a los tiempos, ¡qué remedio!

Nota: En el museo de Ibor City, en Tampa, se conserva uno de estos artefactos, pero puede ahorrarse el viaje colocando en ‘search’de YouTube la palabra amolador y/o afilador y verá estos equipos y hasta podrá oir la ‘flautas de pan’ que al parecer aún son comunes en Portugal y Suramérica. [link]